Monday, October 6, 2014

Cuba extenuada, sin tiempo para la tristeza

Cuba extenuada, sin tiempo para la tristeza
Posted on 6 octubre, 2014
Por Carlos Cabrera Pérez

Cuba está extenuada social y económicamente, y Raúl Castro y la
oposición se han quedado sin tiempo para acometer las reformas
estructurales que exigen la proximidad al precipicio, mientras el
anterior jefe de Estado sigue empeñado en su miopía jesuítica y en un
vano afán por reescribir la historia.

Las reformas estructurales exigen un consenso previo entre todas las
sensibilidades políticas de la isla y el exilio, pero excepto con la
Iglesia Católica y el exilio sinflictivo que apoya acríticamente las
demandas de La Habana, el régimen ha sido incapaz de tender puentes con
el arco político que se le opone pacíficamente e insiste en su caduca
receta de que son agentes del enemigo.

La oposición y el exilio cubano -sujetos de permanente vilipendio y
hostigamiento- tienen escaso eco en los cubanos por el miedo que genera
una dictadura, la falta de recursos económicos y sus errores políticos,
fruto de ambiciones a destiempo y provocados –parcialmente- por las
internacionales Socialista, Demócrata Cristiana y Liberal que juegan a
premiar a los más fieles a sus consignas.

Cambios económicos, cambios políticos

Una creencia generalizada y errónea de que cambios económicos provocan
cambios políticos sigue estrellándose en Rusia, Viet Nam y China, donde
sendas camarillas leninistas controlan el juego y contentan a la masa
con migajas, tras crear castas políticas-militares.

En el caso cubano, está claro que la lucha contra la corrupción no
incluye a los militares, que son la clase emergente y privilegiada
mientras civiles como un ex viceministro del Azúcar reciben penas de
cárcel de hasta 20 años. Esta impunidad táctica e impuesta, a la larga,
se volverá contra los militares recién llegados a la moneda dura y que a
través de la corporación Gaviota intentan el control de todo el negocio
turístico.

Por tanto, una transición ordenada y pacífica hacia la democracia exige
consenso político previo entre todos los implicados que -entre otras
cosas- adopte medidas para amortiguar los efectos sobre los más
desvalidos: ancianos, enfermos crónicos, negros y mestizos, mujeres y
familias monoparentales femeninas.

La democracia no debe llegar a La Habana de la mano del FMI, el Banco
Mundial y de los adoradores ciegos del mercado, como regulador único de
las sociedades; sino como fruto de un gran pacto nacional que promueva
la justicia social, un sistema de precios y la puesta del capital humano
creado por el castrismo al servicio de Cuba y de los cubanos.

Jama, ébola, dengue y escape

¿Era necesario apartar a manotazos a casi todos los fidelistas y
sustituirlos por la guara raulista y militares subalternos? Quizá para
emprender una reforma de calado; sí, pero ocho años después el espíritu
del vaso de leche sigue siendo una parábola, porque Cuba continúa
padeciendo un sistema de doble moneda, un 25% de pobres (según
estadísticas oficiales), el petróleo sigue sin brotar y los nuevos retos
se llaman Jama, Ébola, Chukunguya, Cólera, Dengue y emigración constante
por mar y aire.

Si la llegada de Hugo Chávez al poder y los acuerdos de colaboración
bilateral sepultaron el penúltimo intento de los empresarios cubanos con
carné del Partido Comunista de Cuba (PCC) por trabajar a favor de la
independencia económica, la sobrevida de Fidel Castro, tras superar
varias crisis que lo pusieron al borde de la muerte, neutralizó los
intentos raulistas de acometer las reformas de verdad.

La Primavera Árabe, el asesinato de Muamar el Gadaffi y el abandono de
Washington a su aliado egipcio Hosni Mubarak, pateando el tablero del
Medio Oriente en el momento más complicado de su historia, también deben
haber influido en el ánimo del gobernante cubano.

La Habana no puede quejarse esta vez ni siquiera de la actitud de
Washington que ha preferido una política de bajo perfil, pero que
privilegia la cordialidad sobre el caduco discurso de la agresividad a
cambio de que el raulato garantice que Venezuela no estalle, que los
mantenga informados de las conversaciones de paz para Colombia, y que
ayude en el combate contra el narcotráfico y la inmigración ilegal.

El telepredicador insaciable

Pero resulta terrible que esta partida de ajedrez se juega sobre una
isla que lleva meses bordeando una situación más grave aún que la crisis
de los años 90 del pasado siglo, cuando Cuba perdió el 45% de su PIB
(según cifras oficiales), pero mantenía intacta su entonces "Reserva de
guerra", made in URSS, que sirvió para paliar algo el hambre de los
cubanos en aquellos años sin jugos para Descember Peor, que todavía no
estaba en la Yuma.

Un vistazo a la disparatada penúltima reflexión de Fidel Castro revela
la bicefalia política que padece el castrismo: un administrador sensato
y sin carisma, que se jubilará frustrado, y un telepredicador
carismático, que morirá a punto de convertir el revés en victoria.

La herencia castrista será complicada de administrar en un país
exhausto, pesimista, receloso y erróneo en su creencia de que todo lo de
afuera es mejor que lo propio. Un país sin tiempo siquiera para la tristeza.

De momento, la Curia parece llevar ventaja, porque en una reciente
visita de Jaime Ortega a Raúl Castro, el cardenal católico expresó su
sorpresa ante numerosas oficinas vacías y cerradas en la planta noble de
palacio, a lo que el gobernante revolucionario respondió: Te las
alquilo, Jaime.

Source: Cuba extenuada, sin tiempo para la tristeza | Café Fuerte -
http://cafefuerte.com/cuba/18443-cuba-extenuada-sin-tiempo-para-la-tristeza/

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