Monday, September 8, 2014

Toda Cuba navega en el bote de Cachita

Toda Cuba navega en el bote de Cachita
No fue poco lo que consiguió el fidelismo al desconocerla públicamente,
durante decenios, como Patrona de la isla, y al proscribir en la
práctica su adoración
lunes, septiembre 8, 2014 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba.- Nada parece contener un mensaje más sólido para los
cubanos, en el día de hoy, que ese bote que navega desafiando el mal
tiempo bajo la protección de la Caridad del Cobre. Es algo que no sólo
nos sirve como particular motivo de esperanza, en una coyuntura en la
que vivimos igual que náufragos sin costas a la vista. También nos
extiende una lección histórica, al indicarnos que no son los gobernantes
ni los poderosos quienes determinan el real alcance de un símbolo, por
más que se empeñen.

Las representaciones de la fe no obedecen a dictados, ni a planes de
conquista. Son muros infranqueables que se levantan solos en el espíritu
de la gente y contra los que todo poder material resulta inútil.

Nuestra Cachita ejemplifica esa lección de la manera más rotunda.
Primero, debió resistirse al modelo impuesto a fuego y látigo por los
conquistadores españoles. Después tuvo que enfrentar el ninguneo racista
y los prejuicios de clase que impusieron su fécula nociva durante la
época republicana. Al punto que aunque su imagen, en forma sincrética,
era adorada desde hacía más de tres siglos, la primera fiesta pública de
celebración de Ochún tuvo lugar en Cuba en el año 1936, según Fernando
Ortiz. Luego, para colmo, los revolucionarios de Fidel Castro, una vez
que se habían valido de su halo para conquistar la simpatía popular,
quisieron borrarla del mapa, olvidando que el signo de su trascendencia
no radicaba en las estampitas ni en los altares, sino en el alma del pueblo.

No obstante, no fue poco lo que consiguió el fidelismo al desconocerla
públicamente, durante decenios, como Patrona de Cuba, y al proscribir en
la práctica su adoración. Algún día los historiadores quizá se animen a
establecer hasta qué punto ese atropello de la más representativa
inspiración espiritual de los cubanos incidió en la fractura de la
unidad nacional y en la separación de las familias y en la adopción del
miedo y la desesperanza y en las derivas del comportamiento indecoroso
como nuevos signos de nuestra identidad. Cachita nos hizo falta durante
demasiado tiempo.

La suya fue una ausencia por la que el Papa y sus nuncios difícilmente
podrán recompensarnos. Toda vez que en su propia casa, la iglesia
católica cubana, y entre sus más encumbrados moradores de los predios
capitalinos, ante el imperativo de escoger entre la complicidad y la
total anulación, hubo quienes parecen haber pactado con los mismos que
la anulaban. Fue como si Jesús, en vez de arrojar a los mercaderes del
templo, les rentara tarima para compartir con ellos los beneficios de la
venta.

Pero la historia es testadura, y con ella, los símbolos populares, que
conforman su expresión más elocuente.

La Caridad del Cobre, nuestra Cachita, mestiza y sincrética a pesar de
los pesares, ha sido llevada al fin a los muy exclusivos Jardines del
Vaticano, hace pocos días. Mientras, coincidentemente, el embajador del
Papa en La Habana, arzobispo Bruno Musaró, declaraba que aquí, "aún
medio siglo después se habla de revolución, se alaba a ésta, pero la
gente no sabe cómo alimentar a sus propios hijos". Nunca es tarde cuando
la dicha es cierta, afirma el refrán. Y claro que en esta ocasión
también lo es.

Por nuestro lado, medio siglo de ateísmo impuesto por el poder político,
si bien han dejado sus secuelas, como todo atropello a los más
elementales derechos de las personas, no logró erradicar, ni reducir
siquiera la innata tendencia de los espíritus crédulos a mirar hacia
arriba en procura del divino socorro.

Y desde allá arriba -nadie se llame a engaño-, no es la imagen de Fidel
Castro, ni la del Che o Marx o Lenin, las que guían hoy al pueblo
cubano. Es la de Cachita, esforzándose por evitar que naufraguemos en
medio de la tormenta y sin otro suelo más sólido para pisar que el de un
bote a la deriva.

Source: Toda Cuba navega en el bote de Cachita | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/toda-cuba-navega-en-el-bote-de-cachita/

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