Wednesday, September 10, 2014

No tengo lo que tenía que tener

No tengo lo que tenía que tener
A cincuenta años de su aparición, el poema Tengo, del "Poeta Nacional"
Nicolás Guillén, representa el fracaso del socialismo cubano
martes, septiembre 9, 2014 | Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba -En el actual año 2014 arribamos al 50 aniversario de la
aparición del poema Tengo, de Nicolás Guillén, que en su momento fue muy
encomiado por la crítica oficialista. Mas, contrario a lo que sucede con
la mayoría de los acontecimientos que festejan cumpleaños cerrados, esa
obra, al parecer, no recibirá homenajes en esta ocasión.

Cinco años después de la llegada de Fidel Castro al poder, el poeta
anuncia el advenimiento de un Juan con Todo, que sería dueño de cuanto
existiese en el país: sus zafras, sus montes, las ciudades y hasta el
ejército. Además, ese Juan con Todo (campesino, obrero o gente simple)
iría a un banco y hablaría con el administrador "no en inglés, no en
señor, sino decirle compañero, como se dice en español".

Y a un negro, ningún funcionario podría detenerlo a la puerta de un
dancing o un bar; y en la carpeta de un hotel nadie le gritaría que no
hay pieza, "una mínima pieza y no una pieza colosal, una pequeña pieza
donde yo pueda descansar". Por último, el Poeta Nacional de la cultura
castrista celebra que ya no haya una guardia rural que lo agarre y lo
encierre en un cuartel.

Sin embargo, más temprano que tarde, ese Juan con Todo se transformó en
un Juan sin Nada. Sus zafras se redujeron a la mínima expresión, y
muchos bateyes azucareros simulan mundos desolados habitados por
fantasmas. Por supuesto que no le pertenecen las ciudades, mucho menos
la capital de la nación, vedada para un número considerable de cubanos,
entre ellos los paisanos agramontinos del poeta.

Si a Juan sin Nada se le ocurre entrar en un banco y pronunciar la
palabra "compañero", es probable que lo contemplen como a un
extraterrestre recién llegado del más allá. Porque en el banco hubo una
restauración, y el vocablo "señor" volvió a los primeros planos. Ah, y
que les pregunten a muchos negros a ver si tienen pleno acceso a todos
los sitios de este país. No en balde, hasta la oficialista UNEAC creó
una comisión para afrontar las manifestaciones de racismo que perviven
en la sociedad.

Ni siquiera una mínima pieza donde descansar está al alcance de Juan sin
Nada en la carpeta de un hotel. Su bolsillo tampoco le permite obtenerla
en el sector cuentapropista que se abre paso. Quizás un anticipo de lo
que suceda más adelante, cuando su condición de campesino, obrero o
gente simple se desvalorice ante otro sector privado, mucho más poderoso
que el anterior, y donde no se hable el español.

Claro, Nicolás, que ya no hay una guardia rural que agarre a Juan sin
Nada y lo encierre en un cuartel. Pero nadie duda de que un nueva
guardia— lo mismo rural que urbana— se decida a hacerlo si así lo estima
conveniente. Sucede que los métodos se han refinado: ahora hay una
fuerza paramilitar, de acción más rápida que la guardia rural, que
reprime, hostiga golpea y coadyuva a que la nueva guardia encarcele
finalmente.

En semejantes condiciones, es lógico pensar que el aparato de poder
desee pasar por alto esta efeméride, y tal orientación haya bajado a los
distintos estamentos que conforman la cultura y los medios de difusión
oficialistas. Porque el poema Tengo, a no dudarlo, ha devenido tan
subversivo para el castrismo, como el Fuera de Juego de Heberto Padilla,
o Mea Cuba de Guillermo Cabrera Infante.

Source: No tengo lo que tenía que tener | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/no-tengo-lo-que-tenia-que-tener-2/

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