Wednesday, August 13, 2014

La rutina diplomática de Fidel

La rutina diplomática de Fidel
El líder cubano cumple 88 años atento a la liberalización iniciada en la
isla
JUAN JESÚS AZNAREZ Madrid 12 AGO 2014 - 19:12 CEST187

Inspirando aversión o idolatría, pero nunca indiferencia, Fidel Castro
cumple hoy 88 años dedicado al estudio de los males de la humanidad, a
la diplomacia, y a la observación del desarrollo agropecuario en Cuba.
Cuando conviene o le apetece, recibe a dignatarios extranjeros y gente
de su confianza, y no obstaculiza la liberalización socioeconómica
emprendida por su hermano Raúl a partir de 2011 porque, de hacerlo, ésta
no sería posible. Fidel Castro no sigue la letra pequeña de las reformas
en curso porque las servidumbres de su convalecencia médica no lo
permiten, pero está al tanto de las decisiones de calado, ninguna de las
cuales amenaza la hegemonía del partido comunista, en el poder desde
1959, año del triunfo miliciano en Sierra Maestra. Los revolucionarios
cubanos siguen venerando a su caudillo con la misma intensidad con la
que es aborrecido por el exilio que atribuye su extrañamiento de la isla
a la vigencia de un sistema incompatible con el pluralismo y las libertades.

Nada nuevo en la narrativa sobre un país y un líder controvertido,
enciclopédico, icónico, que emociona a los suyos cuando,
inesperadamente, visita una cooperativa, una granja, una galería de
arte, una comunidad de campesinos, y se interesa por sus actividades.
"Le he visto a un metro de distancia y está más claro que usted y que
yo", presumía en abril el joven director del movimiento nacional de
cooperativas.

Este periodista conversó ese mes, en la provincia de Artemisa, con
cuadros del Partido Comunista de Cuba (PCC) que habían hablado con el
patriarca o supieron de sus inesperados viajes en furgoneta por lugares
cercanos a La Habana. Devotamente, se referían a la patriótica
dedicación del comandante, a su permanente vigilia; proclamaban haberle
escuchado lúcido y cierto, ajeno al desvarío, demostrando genio y figura
pese a su ancianidad y encorvamiento.

Pero cada cumpleaños es una maldición, una desgracia para quienes dentro
o fuera de Cuba le desean muerto y sólo encuentran imprecaciones para
definir a un personaje medular en el siglo XX, durante la Guerra Fría y
las convulsiones del Tercer Mundo. Desde su apartamiento de la sala de
máquinas del Palacio de la Revolución, en 2006, forzado por una crisis
intestinal que casi lo mata, apenas se publican datos sobre su rutina
personal, familiar y médica, y poco se sabe acerca de sus reuniones con
asesores que le ponen al día sobre Obama, Europa, Putin y Ucrania, o
sobre el censo de gallinas ponedoras.

Las descentralizaciones aprobadas por Raúl Castro, de 83 años —todas
desde el inmovilismo político— hubieran sido imposibles si Fidel las
hubiera objetado o vetado

"Fidel Castro ha tenido y sigue teniendo un papel fundamental en la
revolución", declaró a este diario Ricardo Alarcón, exmiembro del buró
político del PCC y expresidente de la Asamblea Nacional del Poder
Popular (parlamento), que llegó a ser considerado el tercer hombre del
régimen. Durante una visita a Madrid, preguntado si el actual gobernante
consulta a su hermano mayor, respondió: "Se quieren muchísimo. Y todas
las cosas fundamentales, Raúl lo ha dicho, hay que consultarlas al
comandante en jefe".

Cierta o no la afirmación, quizá simplemente una verdad a medias, las
descentralizaciones aprobadas por Raúl Castro, de 83 años —todas desde
el inmovilismo político— hubieran sido imposibles si Fidel las hubiera
objetado o vetado. Ya lo hizo en períodos anteriores y durante la
turbulenta desintegración de la Unión Soviética, a finales de los
ochenta, cuando algún ministro y dirigentes del partido le sugirieron
sumarse al glasnost y a la perestroika.

A la fuerza, en 1993, tras una crisis económica que casi barre a Cuba
del mapa, Fidel Castro bendijo una apertura con reparos: "Reformas sin
capitalismo". Escrutó el rumbo de China y Vietnam, donde el partido
comunista abrió la mano pero sigue al mando, y fue en el 2010 cuando
dictó sentencia ante el periodista norteamericano Jeffrey Goldberg:
"Nuestro modelo ya no funciona ni para nosotros".

El protagonista de la bahía Cochinos y la crisis de los misiles, el
sobreviviente de múltiples atentados contra su vida, cumple años, sin
actos oficiales, observando cómo el modelo se transforma de nuevo para
mantenerse a flote aunque con el 80% del aparato productivo todavía en
manos del Estado. Ya no es la fuerza decisiva de la agenda
gubernamental. El histórico agitador realiza funciones diplomáticas,
atiende a los presidentes de algunos países aliados, China y Rusia entre
ellos, y charla con periodistas e intelectuales amigos, a quienes
confiesa haber sentido una profunda tristeza cuando murieron dos de sus
mejores amigos, Gabriel García Márquez y Hugo Chávez.

Source: La rutina diplomática de Fidel | Internacional | EL PAÍS -
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/08/12/actualidad/1407863562_524471.html

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