Tuesday, July 15, 2014

Lo que nunca se dijo de los sucesos de la embajada de México en 2002

Lo que nunca se dijo de los sucesos de la embajada de México en 2002
LUNES, 14 DE JULIO DE 2014 12:56 ESCRITO POR MICHEL IROY RODRÍGUEZ RUIZ

Cuba noticias, Marianao, La Habana, (PD) En el año 2002, 23 jóvenes a
bordo de un ómnibus de la ruta P1, penetraron en la embajada de México
en La Habana.

Al informar sobre aquel hecho, los medios oficiales mintieron a la
población cubana y al mundo. Los hechos no fueron como los contaron.

Este reportero se encontraba presente en el lugar de los hechos. Fui uno
de los 23 jóvenes que penetraron en la sede diplomática mexicana. Por
ello, fui encarcelado y condenado a 9 años de prisión.

El gobierno cubano fue el promotor de los autos destruidos y los daños
ocasionados en ese día.

El lector sacará sus propias conclusiones.

Los sucesos ocurrieron luego de una declaración del entonces canciller
mexicano Jorge Castañeda que fue divulgada por medios internacionales.
Muchos dicen que fue por Radio Martí. Yo me enteré por comentarios de la
gente, pues era la noticia del día. Castañeda había expresado en la
Florida, con motivo de los 100 años de relaciones entre México y Cuba,
que se habían acabado las relaciones con la revolución cubana, y que
comenzaban las relaciones con la República de Cuba. Y según decían,
siguió diciendo el canciller que para todos los cubanos que quisieran
emigrar, la embajada de México en Cuba estaba abierta.

Muchos cubanos, principalmente jóvenes, se volvieron locos con aquella
noticia insólita. Cuando yo llegué al lugar, ya había más de 3000
personas, todas con la intención de emigrar. Buscaban la oportunidad de
penetrar dentro de la sede diplomática que se encontraba rodeada de
agentes de Seguridad del Estado y policías uniformados.

En medio del tumulto y la confusión, muchos divisamos a un señor de tez
negra que trepado al techo de una de las casas frente a la embajada,
empezó a lanzar piedras a la muchedumbre.

Todo era muy raro.

Los agentes de Seguridad del Estado que vigilaban el lugar incitaban a
que los agredieran. Te ponían la mano en el pecho, como para detenerte y
te decían "no me vayas a dar un golpe", pero luego te empujaban y te
golpeaban.

Cuando los presentes comenzaron a defenderse, la policía y los agentes
de Seguridad del Estado empezaron a agredir descaradamente. Llegaron a
azuzar a perros entrenados para que mordieran a los que se les enfrentaban.

Recuerdo que a un periodista extranjero, varios agentes vestidos de
civil le arrebataron la cámara y se la rompieron contra el piso.

Hubo muchos detenidos, varios de ellos heridos.

Pedro Placencia Achon, Ramón Méndez Sosa y Henry Urrutia Pérez, tres de
los 23 jóvenes que lograron penetrar en la sede en el ómnibus, fueron
salvajemente golpeados. Fueron incitados por un desconocido, del que no
se supo más, a apropiarse del ómnibus.

En aquel ómnibus había alrededor de 70 personas, entre ellas
embarazadas, niños y ancianos, que fueron bajadas por los jóvenes que se
apoderaron del vehículo.

Al proyectarse el ómnibus contra la sede y chocar con un árbol, dos de
los tripulantes quedaron atrapados en la primera puerta. Los demás
logramos salir y trepar al techo de la embajada. Luego de más de una
hora y bajo la presión de nosotros, que a gritos pedíamos que fueran
atendidos los heridos, un grupo de ambulancieros lograron el permiso
para acceder a la sede diplomática y dar los primeros auxilios a los
heridos. Luego, a empujones y en medio de maltratos verbales y físicos,
fueron sacados y conducidos a un hospital. Recuerdo que algunos esbirros
les gritaban que deberían morirse.

El embajador mexicano no impidió las agresiones contra los dos heridos.

No nos dieron comida durante las 29 horas que permanecimos dentro de la
embajada. Solo pudimos ingerir agua mineral y una taza de café que según
algunos afirman, contenía algún sicofármaco.

Alrededor de las 3 y 15 de la madrugada fuimos atacados por los miembros
de un comando especial, que usaban cascos y petos verdes. Fui golpeado
varias veces en el abdomen, y proyectado otras tantas veces contra el
piso, mientras oía los gritos de dolor de los demás.

Esposados, fuimos sacados a la fuerza.

Me montaron a empujones en un auto negro, que se encontraba en la
esquina de la embajada, muy bien custodiado.

Luego de permanecer tres años en espera de juicio en la prisión de
máxima seguridad Combinado del Este, cuatro fuimos sancionados por el
delito de robo con violencia e intimidación a las personas, daños y
delitos contra la seguridad del estado, a penas de 3 a 5 años de cárcel;
el resto, a penas de entre 7 y 15 años de privación de libertad. A los
que eran menores de edad, esperaron 5 años para imponerles penas de 7
años de privación de libertad.

Fuimos sacados de la prisión el día antes del juicio y llevados a Villa
Marista, la sede de Seguridad del Estado, para ser interrogados. Esto
fue en el año 2005, cuando faltaban dos meses para que se cumplieran 3
años de los sucesos de la embajada,

En el juicio, el chofer del P1 descartó el robo con violencia. Declaró
que nunca fue amenazado y mucho menos golpeado. Pero los fiscales del
régimen tenían que cumplir la orden.

Tiempo después supe que el chofer del P1, fue sancionado y nunca más lo
dejaron manejar una guagua, porque se negó a decir en el juicio las
mentiras que los instructores de Villa Marista querían que dijera.

Los 23 fuimos instruidos de cargos en la sede del DTI en 100 y Aldabó,
por un delito de violación de una sede diplomática, pero luego, la
mayoría de nosotros fuimos sancionados por "robo con violencia".

En el caso mío, acepté el delito de "violación de sede diplomática", y
firmé las confesiones dadas por mí. Por este delito, el tribunal me
sentenció a 9 años de privación de libertad. Pero por "robo con
violencia", con declaraciones falsas y firmas falsificadas, fuimos
instruidos de cargos por el DSE y sancionados en una sala de delitos
contra la seguridad del estado.

Los incitadores de aquellos hechos no fueron vistos nunca más.

Hoy, luego de más de 12 años, comprendo que todo fue una manipulación
del gobierno. Las autoridades no trataron de prevenir el disturbio, más
bien lo incitaron. Algunos tipos, que no sé de dónde aparecieron,
incitaron a la ocupación del ómnibus. El señor de tez negra que trepó a
la azotea a tirar piedras, seguramente era un agente de Seguridad del
Estado.

Años después, durante una cumbre presidencial que se celebró en México,
por vía telefónica el presidente mexicano Vicente Fox le pidió a Fidel
Castro que de lo sucedido en la Embajada de México en La Habana no se
hablara nada.

Muchos de los sancionados, como yo, cumplimos casi la sanción completa.

Según supe luego de ser liberado, el gobierno mexicano pagó los daños
ocasionados y pidió que los que penetraron a la sede, no fueran
juzgados. Fue la condición que pusieron los mexicanos para permitir que
nos extrajeran de la embajada. Eso, y que no penetraran en ella con
armas, y no fuéramos golpeados. Pero las autoridades cubanas hicieron
todo lo contrario.

Al embajador mexicano ni siquiera le permitieron entrevistarse en la
prisión con nosotros.

En el proceso de instrucción, en ocasiones nos decían que por culpa de
nosotros se habían roto las relaciones de Cuba con el gobierno mexicano.
Más bien fue a la inversa. Parece que Fidel Castro algo se traía entre
manos, porque todo estuvo muy bien planeado...

Mintieron asquerosamente cuando nos acusaron de haber sido manipulados y
pagados por el gobierno norteamericano y por "la mafia anexionista de
Miami", y cuando dijeron que éramos delincuentes. Muchos era la primera
vez que cometían un delito, y los demás, si habían cometido alguno, era
no portar encima el carnet de identidad en algún momento, o vender
guayabas en la esquina de su domicilio.

¿Quién fue el beneficiario de este incidente? ¿Quién le sacaría partido?

Para Cuba noticias: yeikosuri11@gmail.com

Source: Lo que nunca se dijo de los sucesos de la embajada de México en
2002 | Cuba noticias actualidad.Periodismo independiente. -
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/11044--lo-que-nunca-se-dijo-de-los-sucesos-de-la-embajada-de-mexico-en-2002.html

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