Tuesday, July 15, 2014

La prensa católica

La prensa católica
LUNES, 14 DE JULIO DE 2014 12:52 ESCRITO POR ROGELIO FABIO HURTADO

Cuba actualidad, Marianao, La Habana, (PD) La prensa católica salió a la
palestra en Cuba en los últimos años de la década del 80, como un
pequeño plegable donde el entonces Arzobispo Ortega exponía sus
criterios respecto a hechos puntuales como el fusilamiento del general
Arnaldo Ochoa y varios de sus compañeros, uno de sus mejores
pronunciamientos.

Poco después, ya en el comienzo del llamado Periodo Especial, se
presentaría Palabra Nueva, editada los primeros números por el
experimentado periodista Andrés Rodríguez, y siempre dirigida por el
amigo Orlando Márquez Hidalgo.

Por entonces, ya en Pinar del Río circulaba la Revista Vitral,
auspiciada por el Obispo José Siro González Bacallao y dirigida por el
activista Dagoberto Valdés. Tendría el honor de ser la primera
publicación cubana hostigada por el MININT, tanto por la envergadura
crítica de sus planteamientos editoriales como por la presencia en ella
de temas y voces disidentes. Vitral acogió en sus páginas homenajes a
personalidades literarias poco atendidas entonces por las publicaciones
oficiales, como Dulce María Loynaz, Virgilio Piñera y José Lezama Lima.

Por aquellos años, posteriores al derrumbamiento del llamado campo
socialista, surgió en la capital, como vocera del laicado habanero la
revista Espacios, fundada por el joven poeta Eduardo Mesa y por Joaquín
Bello, director del Equipo Para la Promoción Social del Laico (EPPAS).

Con Andrés Rodríguez como editor, Espacios contó con un núcleo de
colaboradores voluntarios, que me honré integrar, junto a la crítica de
arte Lázara Castellanos, la reportera Navia García Fabeiro, la escritora
policiaca María del Carmen Muzio, el ensayista Julio Ramón Pita, el
artista plástico Bayate, el incansable distribuidor Evaristo, Zoila, la
esposa de Andrés, veterana periodista de Prensa Latina, el joven
historiador Manuel Barcia y el informático Manuel Rodríguez, junto a
otros valiosos colaboradores, como Rafael Pérez Pereira.

Nuestra redacción radicaba en la Casa Laical, en el Parque de Cristo.
Salíamos trimestralmente, pero celebrábamos consejos semanales,
verdaderos talleres de prensa, donde Andrés Rodríguez oficiaba como un
auténtico maestro.

La presentación de cada número se realizaba acompañada de una
conferencia con posterior debate, siempre acerca de algún tema de
actualidad. Una de las últimas sirvió de marco para un recital del
cantautor Pedro Luís Ferrer.

El salón de la Casa Laical fue propicio para conmemorar, con himno y
bandera cubana, el primer centenario de la República.

Las portadas de la publicación eran verdaderos editoriales gráficos.
Tras la salida de cada número, esperábamos, con cierta ansiedad,
repercusiones. Pero a decir verdad, prácticamente nunca se produjeron,
al menos de manera visible.

Contábamos con un asiduo lector, hombre de gran inteligencia, quien
trabajaba en una institución estatal con acceso al Dr. Carlos Lage,
entonces virtual Jefe de gobierno, a quien le hacíamos llegar un
ejemplar. La información que el amigo Grillo nos rebotaba consistía en
aquellos artículos que Lage mandaba a fotocopiar, nunca en comentarios
expresos.

Nuestro segundo director, Joaquín Bello, se interesaba con los obispos
para conocer cualquier criterio que pudiese llegarles a ellos por boca
de la funcionaria Caridad Diego, al frente de la Oficina de Asuntos
Religiosos del Comité Central del PCC. Los eclesiásticos se mantuvieron
siempre herméticos al respecto. De hecho, avanzábamos a ciegas, por una
casi imaginaria cuerda tendida en la oscuridad. Esto era difícil, pero
estimulante.

No era secreto para nosotros que el Cardenal Jaime Ortega prefería tomar
distancia respecto a Espacios, al extremo de rehusar asistir a nuestras
actividades. Su revista era Palabra Nueva.

Nuestro asesor religioso, el inolvidable Padre Fernando de la Vega
Benson, nos defendió y nos respaldó con firmeza frente a las periódicas
vacilaciones timoratas de su Arzobispo.

Nosotros entendíamos el carácter más formal de Palabra Nueva, como voz
de la Iglesia, pero nos veíamos como una suerte de guerrilla, dispuesta
a aprovechar precisamente nuestra debilidad para abordar temas y
criterios cada vez más independientes, con la idea de estar así ganando
terreno mediante nuestras escaramuzas. Un lector cordial nos definía
como disidencia light.

Suponíamos que cuando pasásemos la línea, nos pitarían la falta y
entonces sabríamos a qué atenernos.

Sin embargo, no fue así. Sin explicaciones, en los primeros días de
2004, el Cardenal Ortega se presentó en la sede de la Conferencia Cubana
de Obispos, donde trabajaba Joaquín Bello y le ordenó el cierre
inmediato de nuestra querida Revista Espacios.

Me permito esta remembranza hoy, a modo de homenaje de reconocimiento a
los intelectuales católicos Dr. Roberto Veiga Jr. y Lic. Leinier
González, editores de la publicación Espacio Laical, quienes ahora, diez
años después, parecen haber corrido la misma suerte.

Para Cuba actualidad: rhur46@yahoo.com

Source: La prensa católica | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente. -
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/11043-la-prensa-catolica.html

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