Monday, July 21, 2014

Genio, figura y oportunismo

Publicado el lunes, 07.21.14

Genio, figura y oportunismo
ALEJANDRO ARMENGOL

Tengo que agradecer, pero no sé a quien, haber llegado al saludable
momento en que las palabras de Fidel Castro me producen risa. En el
ahora llamado ex gobernante cubano hay una maldad que el tiempo no
enmascara, una práctica de viejo pillo que le niega esa dignidad que
dicen traen los años, y que sale a flote a la primera oportunidad. La
visita del presidente ruso Vladimir Putin a Cuba, y esa especie de
relanzamiento de antiguas alianzas parecen haberlo rejuvenecido. Y aquí
lo tenemos, con bríos renovados. Solo que no llega al patetismo sino a
la burla.

Fidel Castro escribe en Granma sobre el derribo de un avión sobre
Ucrania y a andanada inicial no tiene desperdicio: "Cuba (…) no puede
dejar de expresar su repudio por la acción de semejante gobierno
antirruso, antiucraniano y proimperialista", expresa Castro en un
artículo aparecido en Granma.

En primer lugar resulta inapropiado que hable a nombre de "Cuba" cuando
supuestamente ya no es gobernante del país. Sí, la prensa oficial cubana
lo llama "líder histórico" de la revolución y todo ese cuento, pero ello
no suena más que a caudillismo, tercermundismo y atraso poscolonial. Un
país soberano tiene un presidente, que es el encargado de representarlo
oficialmente y basta.

Lo segundo es la acumulación de calificativos, que siempre ha
caracterizado a la prosa de Fidel Castro y no es más que retórica de
peseta. Así, tenemos que Ucrania se encuentra bajo "el control del
gobierno belicista del rey del chocolate, Petro Poroshenko", mientras
los palestinos le recuerdan "los heroicos defensores de Stalingrado".
Envidia y adulación.

Castro recuerda impresionado la defensa de Stalingrado y todo parece
volver a los viejos tiempos en Cuba, donde de inmediato y ante cualquier
acontecimiento mundial La Habana se colocaba en la órbita soviética,
ahora rusa. Miseria de gobierno y Estado que no puede prescindir de la
abyección.

No se sabe aún quien es el responsable del derribo del avión (escribo
esta columna el viernes 18 de julio), pero de acuerdo al gobierno de
Estados Unidos las sospechas apuntan hacia los rebeldes prorusos.
Ucrania no ganaría nada con este hecho vandálico. Los insurgentes sí, en
cuanto a escándalo internacional, táctica repetida hasta el cansancio
por cualquier movimiento extremista.

El presidente Barack Obama apuntó el viernes que el misil partió de una
zona controlada por separatistas entrenados y armados con material
procedente de Rusia. Sin embargo, evitó culpar directamente a nadie y
pidió cautela antes de sacar conclusiones.

Sólo siento una profunda tristeza ante quienes tienen que vivir en una
isla donde, sin el menor pudor, se lanza una afirmación tan contundente
contra otro país, sólo con el sostén de la condonación del 90 por ciento
de una deuda de $32,000 millones.

Siempre dispuesto al alboroto, el gobierno de los Castro no puede
sustraerse ni por un momento a estar siempre en la arena internacional.
En esto, el mayor de los hermanos encuentra su definición mayor. No hay
que extrañar su premura ahora, tras meses de silencio.

Mientras tanto, quienes viven en la isla asisten pacientes al ejercicio
estéril de la espera. El general Raúl Castro les ha pedido de nuevo
paciencia y trabajo. Ahora son las inversiones extranjeras las que
consumen las esperanzas de un régimen que aprovecha al máximo cualquier
coyuntura internacional, mientras desperdicia todas las posibilidades de
desarrollo que existen en el país. En la otra parte de esta ecuación
–que conduce al desastre pero al mismo tiempo lo pospone– está la
infinita paciencia de quienes escuchan el discurso sin creerlo, y siguen
apostando a la salida del país y las remesas procedentes del exterior.

Más que curioso resulta el reclamo y la apelación constante al
"nacionalismo", para explicar la historia y hasta el presente de la isla
–la justificación socorrida de la soberanía– cuando las figuras
emblemáticas de ese proceso que se dice nacional no se cansan de dar
muestras de un entreguismo vulgar en cuanto distinguen cualquier posible
recompensa, por menor que sea.

No basta con mencionar el lucro y provecho personal que dicha actitud ha
demostrado para los gobernantes cubanos –la última muestra de ella es
Raúl Castro como huésped privilegiado de Dilma Russeff–, sino enfatizar
la necesidad de abandonar este concepto caduco para el panorama
nacional, tanto presente como futuro.

Una forma adecuada de ese avance es lo que muchos de los nacidos en
Cuba, ahora residentes o ciudadanos de EEUU, han logrado al entrar en
una etapa posnacionalista, sin que esto implique una renuncia a las
raíces –el patriotismo transformado en un concepto cultural, una serie
de recuerdos o la nostalgia ocasional– y convertido a Miami u otra
ciudad del mundo no en una patria pero sí en un hogar. Una madurez que
permite reírse del oportunismo castrista.

Source: ALEJANDRO ARMENGOL: Genio, figura y oportunismo - Opinión -
ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/07/21/1802230/alejandro-armengol-genio-figura.html

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