Thursday, April 10, 2014

Trabajadores idóneos para la inversión extranjera?

ECONOMÍA

¿Trabajadores idóneos para la inversión extranjera?
ELÍAS AMOR | Valencia | 10 Abr 2014 - 4:50 pm.

Conforme van conociéndose detalles de la Ley de la Inversión Extranjera
aparecen en ella más contradicciones difíciles de corregir.

Conforme se van conociendo más datos de la nueva Ley de la Inversión
Extranjera castrista más dudas aparecen, y desde luego, contradicciones
difíciles de corregir.

¿Cómo, si no, interpretar lo que dicen los funcionarios del MINCEX en un
diálogo con Granma publicado el 9 de abril? Cito textualmente: "La Ley
no busca vender el país, regalar el patrimonio nacional o las tierras.
Se trata de potenciar el crecimiento económico de la nación, respetando
los principios socialistas y nuestras proyecciones en el proceso de
actualización económica".

Lo primero que se desprende de un enunciado como el anterior es un
absoluto desconocimiento de lo que significa la inversión extranjera en
la globalización, sus procedimientos, objetivos y fines. Tengo la
impresión que las autoridades del régimen castrista continúan pensando
en un tipo de inversión más propio de la época colonial que de los
movimientos de capital internacional en el siglo XXI. Así se entiende
cuando hablan de "vender el país o regalar el patrimonio nacional o las
tierras". Un lenguaje, a todas luces, desafortunado.

Lo cierto es que cuando una multinacional de componentes de alta
tecnología se instala en Costa Rica para fabricar piezas, o una factoría
de automóviles hace lo propio en España, dudo mucho de que sus objetivos
sean los que denuncian las autoridades castristas. La conclusión es que
con ese tipo de prejuicios, los inversores extranjeros ya pueden saber
con qué personajes se van a encontrar cuando empiecen a negociar sus
proyectos en Cuba. No les arriendo ganancia.

Vaya por delante, además, que si los "principios socialistas" que se
quieren respetar son los que representan Fidel Castro, o su hermano
Raúl, apaga y vámonos. Conocida es la experiencia catastrófica que para
la economía cubana ha supuesto la imposición de esos "principios
socialistas" durante medio siglo. La otrora economía productiva y
competitiva de la República antes de 1959, convertida en un caos de
ineficacia, baja productividad y falta absoluta de estímulos.

Y para concluir este punto, la "actualización económica" de los
Lineamientos, no se debe olvidar porque lo han dicho en repetidas
ocasiones: no es más que la "actualización del socialismo", el sistema
que les ha llevado al caos. Insisten por tanto en la inviabilidad del
modelo y, además, avisan. Así que, por muchas precauciones contra
posibles expropiaciones que se tengan, convendría a los inversionistas
ir con mucho cuidado a la hora de confiar el dinero a quienes confiscan
y no pagan. Al menos así lo han hecho históricamente.

¿Trabajadores idóneos?

La realidad es que han desperdiciado una gran oportunidad para devolver
a Cuba al mundo occidental, y situar a la economía en unas coordenadas
de racionalidad capaces de atraer capital extranjero en condiciones
adecuadas. Pero no han hecho los deberes. Ni siquiera se lo han
planteado. El pulso de fuerza lo ha vuelto a ganar la ideología absurda
que controla el país desde hace 55 años. En mi opinión, muy mal lo tiene
Déborah Rivas Saavedra, directora general de inversiones del MINCEX, si
pretende ir por ese camino. Yo le recomiendo que lo deje cuanto antes.
Porque puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Entrando en materia, lo primero que viene a colación es que no existen
tantas diferencias entre la nueva norma y la antigua de 1995. Es verdad
que los "aspectos sectoriales no estaban contemplados en la anterior, al
igual que un reglamento detallado que establece los procedimientos a
seguir por los inversionistas desde que se conciben los proyectos hasta
su término", pero en contra de lo que se afirma, en absoluto el nuevo
procedimiento contribuye a respaldar la forma jurídica.

Mientras que el sistema político, económico e institucional castrista,
supedita las decisiones económicas a los criterios políticos, la
confianza de un inversor extranjero en la Isla escapa a cualquier
medición objetiva de riesgo calculado.

Un ejemplo del camino elegido, son las agencias empleadoras, que van a
fijar quién y cómo va a poder trabajar en las empresas con capital
extranjero que se inauguren al amparo de la Ley. Si la directora general
de inversiones del MINCEX cree que los inversionistas pueden tener un
mejor servicio con estas agencias empleadoras, se equivoca, porque la
base de cualquier proyecto de capital extranjero es contar con los
recursos humanos más cualificados, y no depender de decisión burocrática
alguna. Insisto, por ese camino, van mal.

El supuesto de que los inversores desconocen el país y que la agencia
empleadora ofertará trabajadores idóneos es una quimera, y basta darse
una vuelta por cualquier país del mundo para comprobar que esos
obstáculos no frenan la acción de los inversores extranjeros.
Precisamente lo contrario: el intervencionismo castrista suele paralizar
cualquier decisión emprendedora.

Menos preocupante es que no se deje invertir servicios médicos,
educacionales y la defensa del país. No creo que Cuba posea atractivo
alguno en los mismos para el capital extranjero, pero el régimen ha
utilizado este eje como una propaganda más para anteponer una falsa
defensa de los intereses del país.

Y qué decir de la llamada "cartera de oportunidades" para los inversores
extranjeros en sectores como turismo, hidrocarburos, energías
renovables. Una vez más un intento de dirigir a los inversores
extranjeros, que son los dueños del capital y, por tanto, tienen el
derecho legítimo a destinar sus recursos a lo que quieren y cómo quieren.

Esa obsesión por el control absoluto es lo que lleva a Rivas Saavedra a
decir que "los proyectos de inversión serán analizados, caso por caso,
por una Comisión de Evaluación de Negocios con Inversión Extranjera,
integrada por un grupo importante de Organismos de la Administración
Central del Estado y otras entidades". Burocracia, intervencionismo y
discrecionalidad. Ingredientes magníficos para que los inversores
extranjeros huyan de la ratonera en la que pueden ser atrapados en la Isla.

Otros aspectos merecen atención. Por ejemplo, dicen que el marco legal
de las inversiones extranjeras es "transparente y brinda seguridad
jurídica". Falso, por lo expuesto anteriormente. Sostienen que en la
Isla "existe un clima social y político estable", impuesto por una
dictadura totalitaria que limita y restringe el ejercicio de los
derechos democráticos y las libertades que existen en los países de
procedencia de las inversiones. También presentan como un activo "el
alto nivel educacional y la preparación del capital humano", para luego
interponer la agencia empleadora en la selección de los trabajadores,
restando libertad a las empresas.

Por otro lado, dicen que los cubanos que viven fuera del país pueden
invertir en Cuba, pero por otro se afirma que la capacidad para
autorizar la seguirá teniendo el país apostando por proyectos que puedan
ser de su interés. Discrecionalidad que dejará fuera a los cubanos
exiliados que lógicamente no sean del agrado del régimen o formen parte
de las listas negras de la Seguridad del Estado, atenta a todos estos
movimientos por las consecuencias que se pueden derivar de los mismos.

En cuanto a la fijación de los salarios de los empleados que presten sus
servicios y sus cuotas máximas? No parece que el asunto esté
completamente cerrado, ya que remiten a la competencia del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social. Tan solo enunciados vagos "el salario
estipulado en la región latinoamericana para cargos similares y el
salario promedio en Cuba", que servirán para establecer un coeficiente
más compatible entre lo que paga el inversionista y lo que percibe el
trabajador.

La única diferencia con la Ley anterior es que ahora paga el inversor
extranjero directamente al trabajador.

Source: ¿Trabajadores idóneos para la inversión extranjera? | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1397141407_8075.html

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