Tuesday, April 8, 2014

Tiburones policías

Tiburones policías
Valdy, el balsero, no le teme en alta mar a los tiburones. Dice que "los
de tierra, hacen más daño, andan vestidos de policía y no te dejan vivir"
martes, abril 8, 2014 | Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, abril -Osvaldo Esteban Brito Amat es otro de los muchos
cubanos, sobre todo jóvenes, que cada día se lanzan al mar en busca de
un mejor futuro.

–¿Y los tiburones? ¿No les temes? –le pregunté mientras me contaba la
odisea que pasó cuando intentaba llegar a las costas de Estados Unidos
por segunda vez.

–Para nada. El que no se arriesga en la vida no triunfa. Los tiburones
de aquí, de tierra, hacen más daño. Andan vestidos de policía y no te
dejan vivir.

Todos le dicen Valdy y nació hace 41 años en Ben Tre, una de las varias
comunidades pertenecientes al municipio de Bauta, provincia de Artemisa
que colinda con Ciudad de La Habana.

Por su estatura, ojos azules y corpulencia, Valdy podría pasar por un
norteamericano en cualquier lugar del mundo, aunque el sol haya
oscurecido su piel y su manera de hablar sea muy cubana.

Presume de no haber sido nunca ejemplo de revolucionario, porque de niño
no sentía nada en su corazón al repetir por obligación cada mañana,
antes de entrar a clases: ¨Pioneros por el comunismo, seremos como el
Ché¨. Dice que todo lo que se hace de forma obligatoria, deja de ser
sincero.

–Creo que desde que nací, sueño con vivir en Estados Unidos –me dice-.
Por mi madre no intenté irme mucho antes. Le prometía que no cometería
la locura de irme de forma tan riesgosa. Pero mi madre murió hace un
año. Ya no le causaré ninguna pena si me ocurre lo peor. Y si logro
llegar, estoy seguro de que se pondrá muy feliz.

¨En Ben Tre, ese pequeño caserío donde vivo, apenas con unas trescientas
personas, laborando en míseros conucos y en las peores condiciones de
vida, son muchos los que recuerdan a los antiguos dueños norteamericanos
de esas tierras en los años cincuenta del siglo pasado, los buenos
salarios que ofrecían a los trabajadores y cómo las perdieron y se
fueron del país cuando Fidel Castro se apropió de ellas, sin ofrecerles
indemnización alguna.

¨Es la segunda vez que me tiro al mar, hace apenas diez días, por la
playa El Salado, del poblado de Baracoa. Estuve a un kilómetro de las
costas de La Florida. Casi que sentí el olor de Miami. Tan contento me
puse, que abrí bien los ojos a ver si divisaba sus luces a lo lejos.
Pero nos atraparon. Éramos varios, todos jóvenes y casi que lloramos
cuando vimos a los guarda fronteras de los barcos de Estados Unidos
sobre nosotros.

¨Nos trataron bien. Con respeto. Igual que las autoridades cubanas.
Estas solo nos preguntaron por qué queríamos irnos. Yo dije la verdad:
porque no me gusta el socialismo. Soy un pájaro de cuatro alas que
quiere volar hacia la libertad. Ganar de acuerdo a mi trabajo, no
limosnas que es lo que ofrece el gobierno cubano.

¨Yo trabajo por mi cuenta. Vendo con mi carretilla y mi caballo carne y
patas de puerco, chicharrones, algunas frutas, lo que me dan a vender en
la comunidad para ganarme honradamente la vida. Pero eso es un delito en
Cuba. Por eso conozco la prisión. La conozco bien sin ser un delincuente.¨

¨Claro que me lanzaré de nuevo. Según dicen, a la tercera, va la vencida.¨

Me muestra la gorra que le regalaron en el barco de Estados Unidos,
donde dice Florida. Para él, es como un trofeo por su acto heroico de
enfrentarse a los tiburones en medio de la noche. Le pregunto si no cree
que merecían ser acogidos en ese gran país y me mira con sus ojos tan
azules, llenos de lágrimas.

Source: Tiburones policías | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/tiburones-policias/

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