Saturday, April 12, 2014

El melodrama de las papas en La Habana

El melodrama de las papas en La Habana
abril 11, 2014
Francisco Castro

HAVANA TIMES — Lo que me hace escribir ahora no es precisamente, el
hecho de que en algunos agro-mercados de La Habana, se pueda adquirir
esta vianda otra vez, sino que ha llegado de forma tan subrepticia,
después de tanto tiempo (¿meses, años?), que ha cogido a las personas
"fuera de base".

Como todo lo que ocurre en esta isla nuestra –divino o profano, nadie
sabe si esta llegada repentina será por poco o mucho tiempo, así que,
como lo que importa es el ahora, todo el mundo sale en bandas a comprar
papas.

Incluso yo. Y no es que yo sea demasiado diferente a los demás como para
involucrarme en la compra de este tubérculo delicioso. Lo que sí soy es
alérgico a las colas. Las colas nuestras de cada día. En las que salen a
relucir las esencias, lo inesperado, lo oculto y lo demostrado del
carácter del cubano.

He tenido que ir al mercado de mi barrio a comprar papas. Y lo hice
porque necesitaba darme el placer de un buen puré, de un delicioso
asado, de unas incomparables papas al vapor, o hervidas, o con pollo, o
como sea que se prepare. Lo que no sabía era –ingenuo de mí, que tenía
que enfrentarme a la cola.

La cola magnificada por las personas que marcaban puestos varias veces
para comprar mucho, porque solo vendían 20 libras por personas –y luego
revenderlas a sobreprecio. La cola interminable y gruesa, propensa a
deshacerse y rehacerse como por intervención divina, y a duplicarse o
triplicarse, en el peor de los casos.

Y en el peor de los casos tener que recordar quién había llegado
primero, y hacerle entender a la señora que llegó hace media hora y ya
quiere entrar a comprar, que uno está bajo el sol desde hace mucho más
de una hora, y que no es posible que el hombre del pulóver rojo le haya
dado el último a ella, porque me lo dio a mí.

Pero vale la pena el esfuerzo.

Lo que no pensé encontrarme, en otro barrio, un panorama aún más
desolador que en el mío. La concentración enorme de personas recordaba
aquellas que se hacían frente a la Tribuna Antimperialista. Y no solo
por la cantidad de personas de civil, sino por los policías.

Incluso, una barricada frente a este mercado, hecha de enormes mesas de
metal que se utilizan para exponer las mercancías al público. Una
barricada para evitar la aglomeración, para atajar al oportunista que
pretendiera colarse.

Y no pude evitar que vinieran a mi mente las imágenes del Holocausto…

Imagino que esto llegue a una final feliz, si el abastecimiento de papas
retoma su rutina de años atrás. Comeremos papas sin sabor a colas o
empellones. Y las comeremos todas las semanas.

Source: El melodrama de las papas en La Habana - Havana Times en español
- http://www.havanatimes.org/sp/?p=95100

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