Tuesday, April 22, 2014

El escritor en su laberinto

El escritor en su laberinto
García Márquez fue un hombre contradictorio, repudiaba a las dictaduras
militares, y admiraba a Fidel Castro. Para juzgarlo, habría que separar
al escritor del hombre. El ganador del Nobel de Literatura, terminaría
diciendo: "Ningún dirigente político, ningún jefe de Estado oye
absolutamente a nadie… "
martes, abril 22, 2014 | David Canela Piña

MIAMI, Florida -A Gabriel García Márquez, el diario El País, de Madrid,
lo llamó "genio de la literatura universal", El Washington Post lo
describió como "el gigante de la literatura moderna", en su natal
Colombia, el presidente Santos declaró: "Mil años de soledad y tristeza
por la muerte del más grande colombiano de todos los tiempos", mientras,
Cubadebate, sitio oficial del gobierno cubano, destacó que el escritor
era un "entrañable amigo de Fidel Castro".

El Gabo –como le llamaban sus amigos–, nació en el poblado de Aracataca,
en 1927. Publicó su primer cuento, La tercera resignación, en 1947; la
fama le llegó en 1967 con su cuarta novela Cien años de soledad, y su
consagración en 1982 con el Nobel de Literatura. En total publicó 42
libros, entre novelas, cuentos y crónicas periodísticas. Vendió más de
40 millones de ejemplares, en 36 idiomas.

En enero de 1959 viajó a Cuba. Integró el núcleo de periodistas que
fundaron la agencia de noticias Prensa Latina. Conoció a Fidel Castro en
el aeropuerto de Camagüey. Su amistad duró toda la vida. Solía dialogar
con Castro durante toda la noche y la madrugada. Seguramente, de mucho
más que literatura.

Desde los años 60, la contrainteligencia mexicana vigiló de cerca las
actividades extraliterarias del novelista de Aracataca por sus ideas de
izquierda y su activismo en favor del régimen cubano. Esa información
fue analizada cuando García Márquez pidió asilo político en México, en
marzo de 1981

En diciembre de 1985, Castro le comunica su idea de crear la Fundación
Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, de la que García Márquez
fue su primer director. Al año siguiente, el escritor colombiano
participa en la fundación de la Escuela Internacional de Cine y
Televisión, de San Antonio de los Baños, donde impartió, durante varios
años, el curso "Cómo se cuenta un cuento".

Aunque sus relaciones privilegiadas le permitieron mediar ante Castro
para las cosas más disímiles, desde sacar de la isla al escritor
Norberto Fuentes —amigo de los fusilados Tony La Guardia y Arnaldo
Ochoa—, y al periodista independiente, Raúl Rivero, miembro del grupo de
los 75, muchos exiliados cubanos y opositores en la Isla, no le perdonan
su estrecha amistad con Castro.

Y el escritor terminaría diciendo: "Ningún dirigente político, ningún
jefe de Estado oye absolutamente a nadie. De manera que tener influencia
en un jefe de Estado es lo más difícil que hay en este mundo, y
finalmente ellos terminan teniendo mucha influencia sobre uno".
("Juventud Rebelde", Cuba, 1988)

Durante la IV Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias, en 1994,
Gabo paseó junto a su amigo Fidel en coche de caballos por las calles
pese a la amenaza de atentado que había contra el líder cubano, y cuatro
años más tarde, al visitar la isla el Papa Juan Pablo II, Castro lo
invitó a sentarse a su lado durante la misa que el Pontífice ofició en
la Plaza de la Revolución.

También realizó discretas gestiones ante Bill Clinton durante la crisis
de los balseros, y en 1997, tras los atentados con bomba contra varios
hoteles de La Habana, sirvió de correo a Castro para enviar un mensaje a
Clinton que posibilitó que ambos países establecieran intercambios
secretos de cooperación antiterrorista durante algún tiempo.

García Márquez fue un hombre contradictorio, repudiaba a las dictaduras
militares, y admiraba a Fidel Castro. Para juzgarlo, habría que separar
al escritor del hombre. O calificarlo, según una de sus novelas
populares, como el escritor en su laberinto. Otro escritor de izquierda,
Mario Benedettí, escribió: la mala conducta de un hombre no invalida la
obra de un hombre.

El también ganador del premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa,
llamó a Gabriel García Márquez ¨lacayo de Fidel Castro, pero afirmó del
creador la saga de Aureliano Buendía: "sus obras le sobrevivirán".

Al Gabo se ajusta perfectamente aquella frase de León Tolstoi: "pinta tu
aldea y serás universal". García Márquez, pintó de magia su pueblo
natal, lo convirtió en Macondo, lo hizo universal.

Source: El escritor en su laberinto | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/garcia-marquez-el-escritor-en-su-laberinto/

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