Saturday, April 19, 2014

Diferencia de clases?

¿Diferencia de clases?
abril 18, 2014
Kabir Vega Castellanos

HAVANA TIMES — Cuando recuerdo cómo me sentía en mi aula al principio
del curso de inglés, el cambio me parece increíble. Veía a tanta gente
con teléfonos táctiles que me daba pena usar mi MP3 ya que hasta el
reproductor de música era un indicio de jerarquía.

A veces me preocupaba qué pensarían de mí que estaba obligado a repetir
tanto la ropa, y ni qué decir los zapatos. No soportaba que mandaran un
ejercicio donde fuera preciso hablar de uno mismo. Me volvía loco
pensando qué decir, me parecía que mi casa, mi situación y en general mi
vida era tan aburrida mientras las vidas de los demás lucían tan
interesantes.

Cuando entre los ejercicios de clase preguntaban si tomabas la guagua
para ir al trabajo o la escuela, todos respondían, "No, I take a taxi".
Así que también llegué a creer que era el único que resistía casi tres
horas diarias en guaguas repletas, donde por momentos resulta difícil
compartir el oxígeno.

En el receso sentía envidia de los que podían comer una manzana frente a
los demás, una hamburguesa o jugos de hasta 3.30 CUC, estaba convencido
que sólo yo no me podía dar esos gustos.

Recuerdo que una alumna que no solía interesarse en participar en la
clase, una vez que el ejercicio consistía en describir la casa de uno se
mostró muy ansiosa por responder, y era sólo para decir que su casa
tenía quince habitaciones.

En otro ejercicio con vista a aprender a hablar en pasado, donde
debíamos decir qué habíamos hecho en nuestras últimas vacaciones, casi
todos contaron que habían ido a Varadero. Tan evidente se volvió la
farsa que el profesor dijo: "¿Y si todos fueron a Varadero, por qué
ninguno se vio?

En una ocasión fui a Coppelia con dos colegas y la conversación abordó
por un momento los problemas del país, se dijo entre otras cosas que los
precios estaban pensados para prácticamente el uno por ciento de la
población. Yo me animé pensando que al fin compartiríamos preocupaciones
sinceras, pero por el tono indiferente en que hablaban los dos parecían
dejar claro que pertenecían a ese uno por ciento.

Pero como se dice que lo semejante atrae lo semejante, el alumno que se
sienta junto a mí en la clase fue notando que mi actitud era distinta y
empezó a manipular su MP3 ante mí sin ningún complejo. Durante el
receso, si salimos a la calle, ya compraba varios cucuruchos de maní
para calmar el hambre.

Poco a poco el miedo a mostrar la realidad fue desapareciendo. Un día
una compañera de clase con la que converso bastante abrió su monedero
ante de mí sin ningún recelo: tenía solamente seis pesos cubanos.

Lentamente me di cuenta de que al empezar el curso todos (incluso yo),
incorporamos una especie de personaje como mecanismo de defensa. Pero
como todo lo que no es real, éste no se sostiene y con el tiempo se fue
desmenuzando.

Al final fuimos saliendo nosotros, lo que de verdad somos, con todos los
problemas que tiene un cubano de a pie.

Source: ¿Diferencia de clases? - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=95238

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