Wednesday, November 21, 2012

Reforma migratoria y la ley de ajuste cubano

Publicado el miércoles, 11.21.12

Reforma migratoria y la ley de ajuste cubano
Deseo una transición radical y rápida, pero sin sangre
Nicolás Pérez

Compañeros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba:

Para iniciar este diálogo utilizo él término de "compañero" propio de la
jerga castrista entrando en confianza, aunque compañeros son los bueyes,
y ninguno de ustedes y yo ni hemos arado ayer ni araremos mañana en
yunta ni un solo centímetro en los surcos de la bien amada tierra cubana.

¿Cuál es el objetivo de esta carta abierta? Dialogar sobre la nueva
Reforma Migratoria cubana. Fue prudente darle una válvula de escape a
una olla de presión y evitar una explosión popular. Por razones
diferentes al Comité Central, estoy de acuerdo con su necesidad, ustedes
por ambición, no quieren perder el poder, yo porque no deseo que estalle
en Cuba una guerra civil que provocaría miles de muertos inocentes.
Deseo una transición radical y rápida, pero sin sangre.

Otro objetivo de ustedes, mi contradictorio Comité Central, es obvio que
desean que este generoso exilio los ayude a apuntalar con dólares una
economía que ha llevado a Cuba a la ruina.

En mi caso, desde hace 30 años apoyo el levantamiento de un embargo
obsoleto y poco serio que en 52 años no ha resuelto absolutamente nada,
apoyo los viajes de los exiliados a la isla y el envío de remesas a sus
familiares, porque a la Nueva Clase, con o sin presiones económicas,
nunca les faltará comida en su mesa y será el pueblo quien sufra hambre
y miseria. También porque sostengo que en el más leve contacto entre
Cuba y Miami, quien gana es la democracia y quien pierde es el comunismo.

¿Les digo algo? Pienso que la reforma que propugnan puede ser el inicio
de una incipiente reconciliación nacional, pero claro, nada de la ley
del embudo, nada de un capítulo más de las medidas con que ustedes se
bajan de vez en cuando que más que políticas de Estado parecen capítulos
sórdidos extraídos de la novela de Lewis Carroll Alicia en el País de
las Maravillas.

David Abraham, profesor de leyes de Inmigración de la Universidad de
Miami, ha advertido que la nueva reforma cubana "podría poner en
aprietos al gobierno norteamericano". Según el cristal con que se mire,
creo que esa ley, si Washington la responde convenientemente, a quien
puede poner en aprietos es a La Habana.

De primera y pata puede tener una respuesta norteamericana que se cae de
la mata: la Ley de Ajuste Cubano de 1969 que tuvo su razón de ser para
darle amparo a exiliados políticos perseguidos y sería raro que se
aplicara a exiliados económicos. O se deroga o deben dejar entrar aquí a
todos los latinoamericanos que deseen disfrutar del American way of life.

También ni ustedes son tan "vivos", ni Washington se chupa el dedo.

¿Reforma migratoria cubana? Estupendo. Pero con arreglitos aquí y allá;
hablo de observar el artículo 13 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos de la ONU que dice lo siguiente: 1- Toda persona tiene
derecho a circular libremente en el territorio de un Estado. 2- Toda
persona tiene el derecho a salir de cualquier país, incluso al propio, y
regresar a su país.

Es decir, ustedes no pueden abrogarse el derecho de decidir quiénes
entran o salen de Cuba. ¿Cómo negarle el derecho a Yoani Sánchez y
Guillermo Fariñas de visitar Miami, tomarse un cafecito en el Versailles
y regresar a la isla? ¿Y por qué prohibirme a mí tomar un vuelo Miami-Cuba?

Yo permitiría sin discutir que Seguridad del Estado me hiciera un
registro encuero en pelotas, y si no me encuentran ni una pistola, un
rifle de mirilla telescópica, C4, blasting caps, mechas ni fósforo vivo,
deben permitirme sin chistar entrar a mi patria.

Tengo un incipiente Alzheimer, pero tan leve que no me permite intentar
a estas alturas crear un grupo terrorista en Cuba, algo válido en otras
épocas y bajo otras circunstancias. Hoy no creo en la violencia sino en
una reconciliación nacional. Mi visita solo tendría el propósito de
visitar en Cárdenas mi casa de Ayllon 183 donde crecí, ver los
atardeceres de la playa de Varadero, visitar en el cementerio de mi
ciudad las tumbas de mis abuelos y la de José Antonio y Alfredito
Echeverría. Y finalmente, pararme en cualquier esquina y decir horrores
del sistema comunista que ustedes defienden, siguiendo la Declaración
Universal de Derechos Humanos de la ONU, que de nuevo cito, y que en su
artículo 19 reza: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de
expresión e incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones".

Si rectifican en estas minucias, compañeros del Comité Central, créanme,
tendrían mi total apoyo.

Nicop32000@yahoo.com

http://www.elnuevoherald.com/2012/11/21/1348356/nicolas-perez-diaz-arguelles-reforma.html

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