Thursday, November 8, 2012

Otra mirada sobre las reformas migratorias

Otra mirada sobre las reformas migratorias
Jueves, Noviembre 8, 2012 | Por Yoaxis Marcheco Suárez

LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Una nota acompañada de un
editorial, publicados en la primera plana del periódico Granma, el
martes 16 de octubre, ofrecieron a la ciudadanía la tan esperada noticia
de que al fin el gobierno cubano actualizará su política migratoria,
introduciendo modificaciones que entran en vigor el próximo 14 de enero.

La decisión de eliminar el procedimiento de solicitud de Permiso de
salida para los viajes al exterior del país, y dejar sin efecto el
requisito de la Carta de Invitación, tiene el propósito de ajustar la
política migratoria a "las condiciones del presente y el futuro
previsible". El presente lo conocemos. Pero no sabría explicar cómo es
el futuro que prevé el gobierno para la nación, cuando la objetividad de
la vida nos deja claro que será sin la presencia de las "figuras
históricas de la Revolución".

Supuestamente, los cubanos que quieran viajar al exterior, a partir del
14 de enero, solo deberán presentar el pasaporte corriente actualizado y
la visa otorgada por el país de destino. Pareciera una medida positiva.
Pero el editorial que acompaña la nota informativa me hace desconfiar de
esta medida, y aun sentirme recelosa sobre a cuántos ciudadanos
residentes en el país o emigrados, moralmente correctos, beneficiarán
los cambios a la política migratoria.

En el editorial, el gobierno no pierde su costumbre de fabricar
argumentos acusatorios, donde quedan implicados, además de los Estados
Unidos y su "política de bloqueo", la oposición interna de Cuba, a la
que siempre intenta arrebatar sus valores genuinos, imputando a las
administraciones estadounidenses su creación y sustento.

Enfatiza este editorial el cuidado que debe tener el Estado cubano
frente al fenómeno de las campañas mediáticas provenientes del norte, y
al robo de cerebros. Sus argumentos de que la Revolución cubana "se ha
basado en el reconocimiento del derecho de los ciudadanos a viajar, a
emigrar o a residir en el extranjero, y en la voluntad de favorecer las
relaciones entre la Nación y su emigración", son huecos y vacíos, en
tanto vienen de un Estado autoritario y dictatorial, que maneja a su
conveniencia todas las áreas y sectores del país, y que en el pasado
organizó turbas de represores que agredían física y verbalmente a los
ciudadanos que optaban por emigrar, tal y como lo hacen en la actualidad
con los disidentes.

Pero resulta interesante definir a cuál emigración reconoce y cuál es la
porción de la diáspora a la que desdeña y declara como inadmisible,
diferenciaciones que delatan como no auténtico su pretendido empeño de
aunar voluntades.

Me queda la duda de cuánta libertad para viajar tendrán los
intelectuales, profesionales, especialmente los médicos y técnicos de la
salud (uno de los sectores más afectados y supervisados), los talentos
deportivos y artísticos.

¿Cuáles medidas adoptará el gobierno para evitar "el robo de cerebros"?
¿Qué sucederá con los marcados, los hombres y mujeres, ciudadanos todos
de este país, cuya ideología y actitud política los hace diferir del
gobierno y militar en las filas de la oposición?

¿Podrá finalmente la bloguera y twittera Yoani Sánchez agregar a su
larga lista de negativas un sí que le permita salir de la Isla, y luego
regresar sin ningún tipo de dificultad? ¿Podrán las Damas de Blanco y
Guillermo Fariñas dejar nuestras fronteras para salir a Europa, a
recoger personalmente el Premio Sajarov, otorgado a ambos? ¿Podría
cualquier disidente cubano viajar de manera temporal, sin tener que
solicitar permisos especiales para ello, y aún mejor, sin recibir
negativas gubernamentales?

En uno de sus párrafos, el editorial de Granma culpa a la política
estadounidense de las tres grandes crisis migratorias ocurridas en el
país: Camarioca, en 1965; Mariel, en 1980; y la Crisis de los balseros,
en 1994. Incluso la culpa de "convertir a los cubanos que desean
establecerse en otros países, en supuestos opositores políticos y en un
factor de desestabilización interna". Pero lo cierto es que durante
años, la dinastía de los Castro ha mancillado nuestros derechos civiles
y humanos más elementales, entre ellos, la libertad de viajar, o escoger
cualquier nación del mundo para vivir, sin que esto impida el retorno al
país las veces que cada cual estime conveniente.

El irrespeto a este derecho y a otros, así como haber sumido en la
miseria al país y persistir en un gobierno autoritario y decadente, con
más de cinco décadas, los convierte al clan de los Castro en los máximos
responsables de las muertes en el mar de los cientos de cubanos que
optaron por arriesgar sus vidas con el objetivo de encontrar la libertad
y las posibilidades de prosperidad que en Cuba, por causa de su mal
gobierno, les resultó imposible hallar.

El mundo conoce que la opción a la que más recurren los cubanos para
escapar de la miseria moral, espiritual y material en la que hoy sucumbe
nuestra entristecida patria, es la emigración, sin importar la vía o
modalidad. También es conocido que, en el caso específico de los
talentos: deportistas, artistas, profesionales e intelectuales, cientos
de ellos abandonan eventos internacionales o misiones en el extranjero
para ejercer el derecho del cual el gobierno quiere privarles, o sea, su
libertad de escoger dónde vivir, o trabajar, empleando sus aptitudes, de
las cuales ningún gobernante es dueño.

Sé que muchos, dentro y fuera de la Isla, celebran la decisión adoptada
por el Gobierno. No dudo que muchos puedan beneficiarse con estas
modificaciones, que en definitiva debieron estar siempre vigentes,
porque forman parte inherente de nuestros elementales derechos
ciudadanos. Pero en mi caso, al igual que con las medidas y reformas
económicas tan masculladas, me declaro escéptica.

Detrás de cualquier apertura que establezca la dictadura, hay medidas de
restricciones que impiden que los cambios sean profundos y genuinos.

De cualquier modo, ojalá me equivoque, y Yoani Sánchez pueda al fin
cruzar los muros de la Isla prisión, para volar a cualquier parte de
este mundo donde se demande de su inteligencia y de su carismática
figura. Pero reitero que Cuba, más que nada, necesita democracia y el
establecimiento de una libertad legítima, que la impulsen a
transformarse en una mejor nación, en la cual sus hijos sientan la plena
satisfacción de vivir y a la que siempre deseen regresar.

http://www.cubanet.org/articulos/otra-mirada-sobre-las-reformas-migratorias/

No comments:

Post a Comment