Sunday, November 18, 2012

La fuerza política del exilio cubano

Publicado el 11-17-2012

La fuerza política del exilio cubano
Por Armando Álvarez Bravo

La copiosa e iluminadora obra del historiador cubano Enrique Ros es,
desde sus valores intrínsecos, un tenaz y acendrado testimonio de su
amor por Cuba. Una pasión en cuyo dilatado espectro coinciden en
relevancia su afán por recoger hechos y situaciones históricas, no pocas
de las cuales son mal conocidas o desconocidas; desentrañarlas y
enjuiciarlas con absoluta objetividad para fijar su razón y consecuencias.

Se añade ahora a esa creciente y valiosísima contribución una nueva obra
que es parte de una obra mayor en proceso. Una tenaz labor que abarca
nuestra historia desde el siglo XIX y se enriquece con sus constantes
aproximaciones a nuestro acontecer hasta el presente, en que tiene
primerísimo rango el exilio que nos ha deparado el funesto totalitarismo
castrista. En ese campo, Ediciones Universal, de Miami, acaba de editar
el tomo IV de "La fuerza política del exilio cubano", subtitulado "Del
derribo de las avionetas al pacto migratorio". En su desarrollo, su
prologuista, el reverendo Martín N. Añorga, precisa que el historiador
incluye en sus páginas "hechos que tuvieron resonancia internacional" y
que, debo añadir, no pueden desconocerse en nuestra andadura histórica.

Los diez capítulos de "La fuerza política del exilio cubano" dan clara
idea de un periodo específico de tiempo de nuestra presencia y
circunstancia en el exilio. Son: "Panorama político del condado"; "Un
'suicido' que a todos preocupa"; "Crímenes sin castigo"; "Debilitan la
Ley Helms-Burton"; "La muerte de Steve Clark"; "Crímenes en Cuba.
Política en Miami. Alcaldía de Joe Carollo"; "Alcaldía de Suárez"; "La
alcaldía de Carollo"; "Resultado de las elecciones de noviembre de
1997"; "Secuestro de Gaviria, hermano del secretario general de la OEA";
"Elecciones y presiones internacionales"; "Acuerdo migratorio"; "El
impuesto a la gasolina"; "Negligencia de varias administraciones";
"Elecciones a la alcaldía de la ciudad de Miami"; "Intercambio de
críticas entre Suárez y Carollo"; y "Composición política de la ciudad
de Miami".

El contenido de cada uno de esos capítulos trasciende el título
unificador. Pasó lo que pasó, no poco inimaginable e insólito, y
tantísimo más que dejó reales secuelas. Nunca puede olvidarse que, como
siempre he afirmado, la historia es una continuidad de urgencias. Los
hechos tuvieron protagonistas positivos y negativos. Se produjeron
costosos errores pero también hubo aciertos. Tal como afirma el
historiador Marcos Antonio Ramos: "Sería incorrecto desconocer los
problemas, los enfrentamientos y los escándalos. Afortunadamente, Ros ha
entrado en esos temas de forma valiente, pero equilibrada y justa,
preparando el camino para los otros volúmenes que nos permitirán
entender mejor el momento presente con sus dificultades, pero también
con sus notables logros".

Las insoslayables exigencias de la vida cotidiana nos llevan a olvidar o
a reducir a un plano de sombra lo pasado. No es otra cosa que un
ejercicio de natural supervivencia. Algo que es perentorio para poder
hacer frente a cada nuevo día en este mundo vertiginoso y al revés en
que vivimos. Sin embargo, no debemos olvidar que nuestra existencia está
determinada en gran medida por todo lo ocurrido. Tampoco que en su
repaso y conocimiento radica la posibilidad de hacer las elecciones
correctas. Con el nuevo volumen de "La fuerza política del exilio
cubano", Ros pone en nuestras manos una verdadera relación de esos
factores determinantes. Más allá de ese imprescindible valor brinda la
definición de una época histórica. Será imprescindible en el futuro para
elaborar la verdadera imagen de lo que fuimos y somos. Lo que perdimos y
lo que ganamos.

Desde esa perspectiva, la inteligencia del absoluto de la historia
nacional cubana a ambos lados del mar constituye un decisivo instrumento
cuando en una Cuba libre y democrática en que impere la justicia,
podamos enfilar nuestra pendiente posibilidad. En su cristalización
tienen y tendrán idéntico peso y trascendencia los cubanos de la Isla y
los del exilio. La razón es palmaria. El destino histórico que nos
deparó la toma del poder por el totalitarismo castrista así lo ha
determinado irreversiblemente. Habrá exiliados que regresen, no creo que
serán los más. Otros, que han establecidos sólidos vínculos y
responsabilidades en el exilio, no lo harán. Pero a todos los identifica
el constante amor a la patria y su bienestar. Una característica
verdaderamente singular y única de nuestro destierro.

Tanto los que se queden como los que regresen deben conocer muy bien
para conocerse mejor la historia que les tocó vivir. No menos los que
tanto han padecido en Cuba. Con este nuevo libro, Ros es un fundamental
arquitecto de esa confluencia. Es una obra que el paso del tiempo no
cesa de enriquecer nuestra historiografía y que con su sabiduría,
objetividad, minucioso caudal informativo y recto y atinado juicio
también reivindica los valores y la calidad humana, cívica y patriótica
del exilio. Sus trabajos, logros y éxitos. Este nuevo libro aumenta
nuestra deuda con el historiador.


http://www.diariolasamericas.com/noticia/148899/la-fuerza-politica-del-exilio-cubano

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