Tuesday, November 6, 2012

El verdadero rostro de la catástrofe

El verdadero rostro de la catástrofe
Martes, Noviembre 6, 2012 | Por Leonardo Calvo Cardenas

LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -El dulce nombre del huracán
Sandy no podía anunciar la secuela de tragedia, destrucción y muerte que
dejaría el siniestro a su paso por el Caribe y Norteamérica, en especial
el sureste de Cuba y el noreste de los Estados Unidos, dos regiones sin
prácticamente experiencia en el enfrentamiento al impacto de los
ciclones tropicales. La manipulación mediática y las actitudes
demagógicas de los gobernantes cubanos hacen difícil imaginar cuanta
indolencia e inhumanidad se anida en las almas de estos destructores de
la nación cubana.

La madrugada 26 de octubre difícilmente será olvidada por los cientos de
miles de cubanos que fueron víctimas de la furia de la naturaleza
desatada en una dimensión no prevista

Mientras los medios informativos nacionales dan amplia cuenta de los
destrozos causados por el meteoro en los Estados Unidos aportan una
visión parcial e incompleta de la realidad de la tragedia que hoy aqueja
a cientos de miles de cubanos que se debaten entre el dolor y la
incertidumbre por un futuro bien incierto.

Las informaciones sobre las secuelas del paso de Sandy por las
provincias de Santiago de Cuba, Holguín y Guantánamo no reflejan la
verdadera dimensión estadística de la catástrofe, no se aportan cifras
ni se muestra la imagen clara de la destrucción, lo cual es sustituido
desde el primer día por una falsa y triunfalista imagen de recuperación
acelerada y ejemplar.

Solo los damnificados conocen a fondo los efectos y las graves
perspectivas de la nueva situación, pero con asombro hemos conocido,
durante años, de los reconocimientos que organismos e instituciones
internacionales han tributado al gobierno cubano por ser, según dicen,
el país mejor preparado para enfrentar las catástrofes. Los que desde
lejos se dejan ganar fácilmente por los efectos de la propaganda y la
manipulación de la información desconocen lo indefensa y vulnerable que
es la sociedad cubana ante imponderables y tragedias. Esta tragedia sin
precedentes en el oriente del país y sus tristes resultados constituyen
el más inapelable desmentido a los fuegos de artificio de la propaganda
oficial que se ceba en la cándida ingenuidad de los observadores y
especialistas foráneos.

La televisión nacional trasmitió en la tarde del domingo 4 de noviembre
un extenso documental que reflejó una imagen casi idílica de los
procesos de preparación y recuperación de las zonas afectadas, imagen
que está muy lejos de acercarse a la realidad como aseguran a este
redactor varias fuentes consultadas en la ciudad de Santiago de Cuba

Ante la inminencia del embate del huracán las autoridades locales
demostraron total incapacidad de responder a las necesidades de proteger
a la población, decenas de miles de vecinos se auto evacuaron en
solidarias casas particulares, pero ciudadanos que solicitaron
protección oficial no encontraron respuesta a sus reclamos.

Una ciudad como Santiago de Cuba, densamente poblada, con cientos de
miles de casas e instalaciones estatales en deplorable estado
constructivo y de conservación y una tupida red de barrios marginales,
fue presa fácil del devastador huracán que atravesó el oriente del país
de sur a norte con ráfagas de viento de más de 200 Km por hora, dejando
a su paso miles de casas, escuelas, almacenes, instalaciones
hospitalarias y objetivos económicos parcial o totalmente destruidos,
además de las redes eléctricas y telefónicas totalmente colapsadas.

El primer y más extendido comentario a propósito del siniestro fue la
irresponsable indolencia del gobernante Raúl Castro quien demoró varios
días en llegar al lugar de la catástrofe. En realidad el presidente
invisible visitó el puerto de Santiago de Cuba y alguna zona urbana de
la ciudad de Guantánamo y no se ha dignado a presentarse ante el pueblo
de Santiago de Cuba, el más afectado por la catástrofe.

En un alarde de comprometimiento, que más bien parece una burla, el
presidente cubano aseguró que permanecería en la provincia hasta que se
restableciera el fluido eléctrico. Cabria preguntarse si en el lugar
donde él se aloja sufre las mismas carencias de todos los santiagueros.
Tal vez el general sin batallas piense que es el liniero mágico cuya
sola presencia resolverá el agobiante problema.

El gobierno cubano, incapaz de garantizar en condiciones normales la
disponibilidad cotidiana de lo más elemental, no demuestra la valentía y
sensibilidad de declarar la región afectada como zona de desastre y
solicitar ayuda internacional. Las autoridades cubanas dando esta falsa
muestra de autosuficiencia condenan a más compatriotas a un largo
periodo de penurias y desamparo.

Pocas horas después de la tragedia escuchamos a la ministra de trabajo y
seguridad social informar en la reunión gubernamental de emergencia que
los damnificados obligados a abandonar temporalmente sus empleos para
reparar por medios propios sus viviendas afectadas serian privados de
sus salarios, para después enterarnos que esos mismos desamparados deben
pagar ciento cinco pesos cubanos por cada teja de asbesto cemento que
dejaría a los "beneficiados" expuestos a las graves secuelas tóxicas de
este material ya prohibido en todo el mundo occidental y como es natural
a merced de nuevos embates ciclónicos. Los habitantes de Santiago de
Cuba han rechazado mayoritariamente la oferta sin saber cuál será la
solución a sus urgencias constructivas.

En la mencionada reunión gubernamental el ministro de salud pública
aseguró que existía cobertura total de hipoclorito de sodio para
purificar el agua, en contraste los damnificados dan cuenta que el nivel
de contaminación de las aguas es inmune a cualquier compuesto
purificador.Pocas horas después del siniestro, aún sin comunicación con
varias zonas seriamente afectadas las autoridades admitieron la dudosa
cifra de once fallecidos, sin embargo las fuentes consultadas dan cuenta
de alrededor de cuarenta sepelios efectuados en el cementerio del
poblado santiaguero El Caney, tomado como alternativa ante las
inundaciones que sufría la principal necrópolis de la ciudad.

La televisión nacional ha dado cuenta del arribo por vía aérea de muchas
toneladas de alimentos provenientes de asistencias internacionales, pero
los santiagueros consultados muestran su indignación por la inexplicable
demora en distribuir tan necesaria ayuda. De igual forma han dado cuenta
del aumento de precios de algunos alimentos, así como de los varios
casos de intoxicación provocados por alimentos en conserva provenientes
de las reservas militares, por cierto muy cercanos a la fecha de
vencimiento y vendidos a las población con precios inflados.

La ciudad de Santiago de Cuba ha sido víctima de una oleada de
vandalismo que ha violentado establecimientos comerciales e incluso
profanado templos religiosos. Según reportan las fuentes consultadas ya
varios ciudadanos han sido sancionados a penas de trabajos forzados por
esta causa.

Fernado Palacios Mogar, presidente del Partido Liberal Nacional Cubano
PLNC, recien llegado de Holguin, donde permanecio cinco dias detenido en
los calabozos de la seguridad del estado, da cuenta de la indignacion de
los pobladores damnificados por la indolencia e inoperancia de las
autoridades para responder a sus necesidades y reclamos.

Es muy posible que nunca conozcamos la verdadera dimensión de la
tragedia vivida por nuestros hermanos orientales, la manipulación
propagandística seguirá su marcha mientras miles de hermanos se
incorporan a ese ejército de damnificados que a lo largo de todo el país
aguardan con impotencia y desesperanza por la restauración de sus
viviendas afectadas por algún siniestro atmosférico ya pasado.

Los orientales han visto crecer sus cotidianas penurias materiales,
tratan de enfrentar como pueden la indolencia gubernamental y el duro
día a día que sucede a la tragedia, mientras guardan muy poca esperanza
de ver algún día recuperados sus hoy desolados pueblos y ciudades.

elical2004@yahoo.es

http://www.cubanet.org/articulos/el-verdadero-rostro-de-la-catastrofe/

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