Wednesday, November 21, 2012

De empleado a exiliado

De empleado a exiliado
Miércoles, Noviembre 21, 2012 | Por Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -La obra "Mi tío el
exiliado", del joven dramaturgo Yerandy Fleites, está en escena en la
sala habanera de teatro El Sótano. El estreno corre a cargo de la
compañía Rita Montaner, que por estos días celebra su 50 aniversario.

La obra parte de la novela de indagación social "Mi tío el empleado", de
Ramón Meza, aparecida en 1887, y refleja la relación de la nación cubana
con él exilio en esta segunda década del siglo XXI, cuando todo indica
que la ruptura entre nación y emigración está por desaparecer, debido al
desmoronamiento del sistema que la provocó.

Tanto en el referente antiguo como en su versión actual, un pariente, un
tío que emigra, sirve como base argumental para mostrar las miserias de
la nación. En el primer caso, emigra a Cuba desde España, para "hacer
las Américas" en una isla rica y receptora de emigrantes. En el segundo,
es expulsado de su país, por ser homosexual, luego de la instauración de
la dictadura, y en sus postreros días decide regresar a Ranchuelo, el
viejo y empobrecido pueblo natal.

Historias aparentemente sencillas. En la novela decimonónica, un pobre
emigrante español, Vicente Cuevas, acompañado de su sobrino Manuel,
llega a La Habana. Es la década del setenta del siglo XIX, y su
propósito es el de iniciar en Cuba una nueva vida. Del día a la noche y
tras meteórica carrera, este hombre se convierte en el acaudalado Conde
Coveo. En la obra de Yerandy, la familia Robespierre recibe la noticia
del regreso del hijo prodigo, Evaristo, expulsado de la isla por
homosexual durante la crisis del Mariel, en 1980. El deseado encuentro
tiene matices.

Adán Robespierre, un miembro del gobierno, espera los dineros que traerá
el emigrante. Piedad, su esposa, desea ver a su hermano tras treinta
años de separación. Entre los poblanos se esconden visos que van desde
el interés por la satisfacción material, hasta el viejo amor. Pero todo
se trastoca cuando el que regresa, solo viene a morir. Entonces se
desencadenan las más intensas emociones.

El tono de farsa que el Director Fernando Quiñones Posada da a la obra,
conspira contra el intenso dramatismo que se respira en ella. El
constante ir y venir de gags y bocadillos humorísticos, a veces con el
peor de los gustos, conspira contra el desarrollo de la trama. Como
también conspira un final que aparece y desaparece constantemente y
desorienta al público más exigente.

Si "Mi tío el empleado" se considera un autentico fresco del
enriquecimiento ilícito, el cohecho, el robo y los negocios turbios, en
fin, de la corrupción que corroía la colonia, en su nueva versión se
establece una "parábola de la nación, con sus contrastes, sus exilios,
voluntarios o forzados, su ayer y hoy, que parece confundirse y confluir
en una línea tan delgada que se pierde en el tiempo", como afirma el
crítico Frank Padrón. Pero es también un interesante acercamiento al
interior del hombre, a sus reflexiones y pensamientos, a los complejos y
contradictorios entramados de la propia existencia humana.

El dramaturgo Yerandi Fleites tiene solamente 28 años. Es graduado del
Instituto Superior de Arte (ISA), donde ejerce como profesor. Miembro de
la Asociación Hermanos Saiz (AHS), de jóvenes artistas, ya obtuvo el
premio Caladis. Se le considera como parte de los novísimos, un
movimiento de jóvenes dramaturgos y escritores, muy preocupados por las
esencias de la nación cubana. Entre sus obras más importantes están
"Jardín de héroes" y "Gallo electrónico".

"Mi tío el exiliado" estará en escena durante todos los fines de semana
del mes de noviembre, en la Sala de Teatro el Sótano, en la Calle K,
entre 25 y 27, en el Vedado.

aleagapesant@yahoo.es

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