Saturday, March 24, 2012

Dos errores

Dos errores
Jueves, 22 de Marzo de 2012 13:47
Rogelio Fabio Hurtado

Cuba actualidad, Miami, (PD) La Iglesia es, por definición, Madre y
Maestra de todos. Esto la coloca por encima de las agrupaciones
políticas siempre contrapuestas entre sí, pero también la obligue a
brindar acogida a todos, sin distinciones de ninguna índole.

En Cuba, donde el Totalitarismo de Estado considera ilegal cualquier
actividad política independiente, cumplir estos preceptos es más
complicado, puesto que ella misma tendría que disponerse a ser la voz de
los que se ven privados de ella, como lo hizo en su momento en América
Latina la Teología de la Liberación, o, de lo contrario, alinearse junto
al Gobierno, suplir a este de la doctrina ética y espiritual, que tanta
falta le hace, luego del desmerengamiento del campo socialista con las
rígidas leyes de la historia. Entre ambos polos se ha balanceado la
conducta de la Iglesia en Cuba desde 1993 hasta nuestros días.

Las personas que se identifican entre sí como disidentes, privados de
todo espacio público para disentir, se ven obligados a abrir brechas por
donde pueden y esto explica que busquen en los Templos el ámbito más
apropiado para ello. No siempre han sido acogidos de buen talante por el
clero, pero hasta ahora tampoco habían sido entregados a la policía como
intrusos indeseables.

En vísperas de una visita papal, la ocupación de templos por parte de
militantes de un grupo poco conocido, el llamado Partido Republicano,
para intentar infructuosamente imponer una agenda política a la Iglesia
es un acto de hostilidad, que facilita al régimen fortalecer su alianza
con la jerarquía eclesial y, además, presentar a toda la disidencia como
enemigos de la visita y, por lo tanto, como elementos que merecen ser
represaliados, como ya sucede en Cuba,

En la declaración oficial del Arzobispado, publicada en Granma, se
declara que los templos no deben ser utilizados como espacios políticos,
aunque omiten reclamar al Gobierno la apertura consecuente de dichos
espacios, condición imprescindible para que la reconciliación entre
todos sea auténtica y no una sumisión colectiva solemne de donde los
discrepantes quedaríamos excluidos. Quizás sea este el resultado que
persiguen: una Cuba donde en los matutinos escolares. Luego de dar
lectura a los discursos antiimperialistas y de dar efusivos vítores a
los gobernantes vitalicios, se recite el versículo bíblico del día.

En ese caso, recurrir a las fuerzas policiales para desalojar al puñado
de ocupantes, no habría sido un error del cardenal Ortega, sino su debut
como enemigo confeso de la disidencia interna, a quien habría dado, no
un tratamiento pastoral, sino despectivo, al echarlos como a intrusos
del templo. Como bien expresó el hermano Antúnez, el Cardenal debió
presentarse personalmente en el templo, para convencerlos de que
desistiesen de su empeño, sin recurrir de ninguna manera a la policía.
Así, hubiese mostrado su respeto por el derecho a disentir de cualquier
ciudadano y reconocido la legitimidad de la disidencia.

Quiero, no obstante, confiar en que esta visita de Su Santidad arrojará
frutos que excedan los errores de los hombres.
Para Cuba actualidad: rhur46@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/3690-dos-errores.html

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