Friday, February 10, 2012

Yoani: "Internet me mantiene del lado de acá de los barrotes"

Yoani: "Internet me mantiene del lado de acá de los barrotes"

"Mi postulación al Nobel es un reconocimiento a la sociedad civil"
afirmó en entrevista exclusiva la autora del blog Generación Y, y una de
las voces más críticas dentro de la blogósfera en Cuba.

David Sosa/ Especial para martinoticias.com 10 de febrero de 2012

Dos hechos fundamentales agitaron la ya de por sí agitada vida de la
bloguera y escritora cubana, Yoani Sánchez, en las últimas semanas. Por
un lado, la expectativa por saber si podría, ¡al fin!, hacer un viaje
fuera de Cuba, para asistir al estreno de un documental en Bahía,
Brasil. Aunque aplicó a la visa brasileña y recibió un permiso por 30
días para viajar a ese país (pocos días antes de la visita oficial de la
presidenta Dilma Rousseff a Cuba), el gobierno cubano, para variar, no
le concedió el permiso de salida.

Esto no causaría mayor sorpresa de no ser porque esta ya es la ocasión
número 19 "en que me violan el derecho a entrar y salir de mi país",
como escribió la bloguera en su cuenta de Twitter.

El otro hecho fue la postulación que hicieron dos diputados noruegos
para que Sánchez, de 36 años, autora del blog Generación Y, y una de las
voces más críticas dentro de la blogósfera en Cuba, aspire al Premio
Nobel de la Paz. Sobre éstos y otros temas de actualidad, giró la
conversación con la escritora.

Otra vez la dejaron con las maletas hechas, esta vez sin poder viajar a
Brasil. ¿Cuál es su lectura de esta obsesión prohibitoria?

Pues sí, es la ocasión número 19 en apenas cuatro años y medio en que
el Gobierno me niega el permiso para viajar, sin esa autorización no
puedo abordar un avión y evidentemente es una especie de represalia, de
venganza gubernamental contra un ciudadano por decir su opinión, por
criticar abiertamente, por escribir las cosas que escribo, y bueno, aquí
estoy, convertida de alguna manera en una prisionera insular.

¿Usted prefiere estar dentro de Cuba o salir?

Yo quisiera poder disfrutar de mi derecho de entrar y salir de mi país,
porque incluso es un derecho refrendado en la Declaración de Derechos
Humanos. Pero lo cierto es que aquí (en Cuba) está la materia prima de
la que escribo. Alejarme de mi realidad, mi familia, mis amigos , del
contexto que estamos viviendo siempre tendría para mí una cuota de
tristeza, de estrés adicional. Por tanto si el Gobierno cubano quiere
castigarme dejándome aquí, donde nací, donde crezco, donde trabajo, pues
asumiré el castigo. Aquí es donde soy más útil para mi país.

¿A qué le temen para impedirle ejercer ese derecho de entrar y salir
cuando le plazca?

Hay una combinación de temores en el Gobierno cubano en torno a mi
salida, ¿no? Pienso que fundamentalmente le temen a que cuando las
personas allá afuera me escuchen, me oigan hablar, responda preguntas y
participe en conferencias y debates, muchas de las mentiras que se han
tejido en torno a mi persona, y además a la disidencia cubana, se
desmoronen por su propio peso. Recordemos que es un gobierno que tiene
el monopolio absoluto sobre los medios de información de la Isla y se
dedican a denigrar, insultar, mentir, satanizar a las figuras que tienen
una posición más crítica. Ese es uno de los temores. Y otro es que yo
logre trasladar con mi presencia parte de esa voz de la sociedad civil
cubana, del sector más inconforme que está necesitado de espacios, de
micrófonos para contar sus propuestas de futuro y de presente.

¿Se cumplió su pronóstico de visita de alfombra roja a Cuba de la
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff? No hubo encuentros con los
disidentes, no escuchó a la sociedad civil.

Lamentablemente así es, y es una pena porque Dilma tiene un historial
personal que podría haberla hecho más sensible a toda la parte
reprimida, silenciada de una sociedad. Una mujer que en carne propia
vivió la dictadura. Pensamos que eso la iba a hacer simpatizar un poco
más con quienes dentro de Cuba están sometidos a la represión, la
estigmatización ideológica, pero no: prefirió hacer una visita muy
protocolar, de alfombra roja, como tú dices -a nivel de Cancillería-, y
se perdió el sector más dinámico, más intenso y con más proyección de
futuro que ahora mismo hay en la Isla, ¿no?.

¿Cómo ha recibido la noticia de su postulación al premio Nobel de la Paz?

Yo siempre me describo como una pequeña hormiguita frente a un gran
muro, y así me siento también con esta propuesta. Hay otros cubanos que
llevan una trayectoria de más años, que han sufrido y también están
postulados, como el caso de Oswaldo Payá, el que le dio curso al
Proyecto Varela. Yo estoy allí en esa lista, para sorpresa mía y también
de otros muchos, pero estar junto a esa gente que respeto, y haber sido
postulada por otros grupos de trayectoria en el respeto a los derechos
humanos, ya me hace sentir feliz. Es un reconocimiento a la sociedad
civil cubana, algo que viene a reforzar el escudo protector hacia mí.

¿Por qué cree que sigue libre en un país donde usualmente la gente va a
la cárcel por expresar sus ideas?

Si yo estuviera hablando todo esto que estoy comentando, y en lugar de
estar en el 2012 estuviéramos en el 2002, o en 1984, 1973 seguramente no
duraría ni dos minutos en la calle, sería apresada, condenada,
desaparecida de alguna manera en las cárceles cubanas. Pero la
modernidad ha traído una protección adicional para los activistas
cubanos. Internet, las nuevas tecnologías, la visibilidad que da el
ciberespacio. Esa es la que me mantiene del lado de acá de los barrotes.
Porque muchas personas que me leen, me escuchan en la radio, me
protegen, son el escudo protector (del que hablaba), el que me permite
llegar hasta aquí. Tampoco quiero decir que tengo inmunidad, ni nada por
el estilo; en alguna oficina hay un expediente al que se le va llenando
una hoja, para algún día llevarme a un Tribunal. Lo que pasa es que yo
tengo la confianza interior de que mi país va a cambiar antes que ese
día nefasto llegue.

¿Usted cree en las reformas de Raúl Castro o son pura fachada nada más?

En el Gobierno de Raúl Castro es cierto que han venido algunas
flexibilizaciones, sobre todo en el tema económico, ampliación del
trabajo por cuenta propia, algunos absurdos que lastimaban mucho como
que los cubanos no pudiéramos tener una línea de celular, o entrar a un
hotel, disfrutar de ciertos lugares, eso se ha eliminado. Sin embargo,
debo decir que las reformas raulistas, aunque van orientadas en una
dirección aceptable, van a una lentitud desesperante. Prácticamente los
trabajos por cuenta propia que se han autorizado están en el plano de
los servicios, pero muy pocos en el plano profesional, de los altos
profesionales diplomados, o de la producción directa. El Gobierno tiene
miedo de abrir el trabajo privado en esos sectores, además los
cuentapropistas tienen mucha dificultad para conseguir materias primas,
créditos, no pueden importar directamente productos; en fin, están
bastante atenazados todavía por la legalidad. Y por otro lado hay que
decir que no se ha avanzado nada en el tema de los derechos ciudadanos.
El gobierno raulista propone la fórmula de ciertas burbujas de libertad
económica, pero con la misma mordaza en el campo de la expresión, de la
asociación, del libre flujo de entrada y salida del país para los
nacionales. Entonces así una nación no puede avanzar. Esta nación
necesita de la libertad, de una infraestructura de respeto a los
derechos ciudadanos que garantice que los cubanos, con ese ingenio y esa
creatividad que tienen, puedan volcarse a encontrar soluciones.

Lo que nunca se dice es todo lo que tiene que trabajar un cubano para
pasar dos o tres días en un hotel, o la cantidad exorbitante que tiene
que pagar por un celular en Cuba.

R- Pues sí, los cubanos vivimos atrapados más de 17 años en una
esquizofrenia económica, en una dualidad monetaria que divide toda la
realidad, por un lado la moneda cubana, la que recibimos a través del
salario, y la moneda convertible, la fuerte que es con la que se pueden
comprar todas las cosas para la sobrevivencia cotidiana. Esa moneda
convertible entra a través de las remesas, el turismo, los negocios
ilícitos, la prostitución, y entonces la mayoría de los precios de la
telefonía celular, o quedarse en un hotel están dados por la moneda
convertible, que tiene un valor 24 veces mayor que la moneda nacional.

¿Algo casi inaccesible?

Es prácticamente inaccesible para los cubanos, una serie de prebendas
que para el turista sí están más a mano. Ahora bien, ¿qué obliga eso a
hacer a las personas? Los obliga a delinquir porque en vista de que, con
el salario, no puedes pagar el contrato de un teléfono móvil, la gente
no quiere quedarse sin ellos, entonces desvían recursos del Estado,
hacen negocios ilícitos, venden en el mercado negro, trafican para
acceder a esos servicios que no deberían ser un privilegio sino algo
cubierto.

En Ecuador hay una situación muy penosa y humillante para los cubanos.
Por un lado, cuando se le "pasan" los 11 meses, pierden la residencia
cubana. Y por otro el gobierno ecuatoriano les pone mil trabas para
regularizarse, por lo que quedan en un limbo migratorio. ¿Qué piensa de
esa situación?

Estoy bastante al tanto porque tengo un amigo que estuvo un par de años
en esa situación, en ese limbo que tú describes tan bien. Es muy
lamentable que en mi país la mayoría de mis compatriotas tenga como
sueño número uno escapar de la isla, emigrar ante la falta de horizontes
que ve aquí adentro, ya por ahí empieza el dramatismo de todo eso. Por
otra parte, me parece muy deleznable también que las instituciones
migratorias del propio país, como los consulados cubanos, que deberían
velar por sus ciudadanos en cualquier lugar del mundo donde se
encuentran, se dediquen a extorsionar, a retirar pasaportes, negar
permisos de entrada de los cubanos que están en Ecuador, o cualquier
otra parte. Es lamentable, porque eso deja al ciudadano cubano en un
grado de indefensión que el gobierno del otro país decide saltarse su
propia legalidad, en confabulación con el de origen del ciudadano, que
debería respaldarlo y velar porque se cumplan sus derechos.

¿Cuál es su versión de la muerte de Wilman Villar y de lo que pasará
ahora con Maritza, su viuda?

He tenido la posibilidad de hacer una larga entrevista -mi esposo y yo-
con la viuda de Wilman Villar Mendoza, poco después de su muerte (él
muere el 19 de enero de 2011 y nosotros logramos la entrevista entre el
23 y el 24 de enero, cuando todavía ella estaba muy afectada) con el
objetivo de aclarar una serie de confusiones que introdujo el gobierno
cubano para criminalizar a Wilman. Decir que no era un opositor, que era
un delincuente común, llegó inclusive a decir que había tenido un
incidente doméstico donde había golpeado brutalmente a su esposa, cosa
que ella desmiente y no hay evidencias -ni físicas ni legales- de que
haya sido así. Lo cierto es que él es apresado el 14 de noviembre,
cuando está participando en una marcha opositora. Hay imágenes,
acérquense a internet donde hay varios videos en youtube donde se ve a
Wilman portando la bandera cubana en una marcha antigubernamental. Claro
está, en el Código Penal cubano no hay delitos políticos, la legalidad
cubana no pone por escrito la penalización ideológica y política, sino
que la enmascara con supuestos delitos comunes. Así que con cada
activista que haya sido procesado es muy difícil demostrar que ha sido
apresado por la opinión. Intentan criminalizar con un delito común a los
que se oponen. El gobierno cubano después de eso ha radicalizado el
discurso político, ha dicho que la campaña por la muerte de Wilman es
una mentira, que van a demostrar que todo es falso, pero lo cierto es
que no han presentado ni una sola prueba. Son palabras, palabras y al
otro lado está la realidad. El testimonio de una familia, dos niñas que
ha quedado desamparadas, de un grupo de activistas al que pertenecía
Wilman, y unas imágenes que valen más que mil palabras: ver a Wilman
transitando por una calle en una marcha opositora y apresado ese mismo día.

http://www.martinoticias.com/noticias/Yoani-internet--139087044.html

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