Monday, February 6, 2012

Los desposeídos de esculapio

Los desposeídos de esculapio
Lunes, Febrero 6, 2012 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -En las últimas semanas ha
estado circulando por la intranet de Cuba un texto entre curioso y
peripatético. Contiene tres cartas escritas por médicos habaneros para
protestar por lo que consideran una actitud irrespetuosa del periódico
Granma, el cual –según ellos- tuvo a bien publicar quejas de sus
pacientes, pero ignora las respuestas de los galenos, incluidas, claro,
las cartas en cuestión.

El detalle curioso radica en el hecho de que estos médicos, al parecer
convencidos de que Granma no les dará cobertura, hayan resuelto echar a
correr sus inconformidades por la intranet, que es una especie de solar
mediático, donde la gente se cuenta sus cuitas, pero sin que la sangre
llegue al río, pues todo queda entre los muros de la Isla, bajo el
control del guardián de la puerta.

Lo peripatético es que los tres suscriptores de las cartas, cuyas
inconformidades, según se aprecia claramente, están relacionadas con el
mal funcionamiento del sistema de salud, y con el poder político, en
general, descargan todo su disgusto contra los pacientes que se han
quejado por su mal servicio.

Si acaso reprochan a Granma que les haya dado tribuna a los quejosos y
no a ellos, que evidentemente creen merecerla más. Y sólo en última
instancia -uno más que los otros dos- exteriorizan su preocupación y
disgusto por la atmósfera de caos que impera en el país, aunque a través
de una lectura errónea, en lo que concierne a sus causas, o quizá sea
bajo una muy timorata cautela.

Quienes aún no hayan leído las cartas y se interesen por conocer su
contenido íntegramente, podrán hacerlo en esta misma página. Así que de
momento, bastará con unas pocas citas a modo de ilustración.

En una de ellas, su firmante, el doctor Rafael Roque, especialista de
Primer Grado en Ortopedia y Traumatología, y además Jefe de Servicios de
Endoprótesis total de cadera, en el Hospital habanero Fructuoso
Rodríguez, expone casi cariñosamente su despecho, al referir "la
vergüenza y reputación de ese galeno que cumple indicaciones lógicas y
luego es traicionado por sus dirigentes".

En otra, la doctora A. Alemán Matías, Especialista de Primer Grado de
Anestesiología y Reanimación, molesta por la impaciencia de los
pacientes que se quejaron a Granma, parece reclamar que a los médicos se
les permita también ser impacientes:

"Ese médico –dice- sí tiene que tener toda la paciencia de sentarse a
esperar una guagua, de llegar a la escuela de su hijo y que le digan que
no tiene maestra o que no tiene almuerzo, de llegar a comprar el
detergente del mes en CUC, moneda en la cual no cobra su salario, y
esperar a que la o el dependiente termine de chismear con el de al lado
para que se digne a despacharle lo único que iba a comprar. Paciencia de
que vengan a recoger los latones de basura, desbordándose frente a su
casa y en cada esquina, los trabajadores de comunales, que de seguro si
tienen derecho y tiempo de tener conversaciones amenas para que se les
olvide tener limpia de vertederos la ciudad".

En tanto, el firmante de la tercera carta, doctor Eider Valdés,
Especialista de Primer Grado de Anestesiología y Reanimación, anota:
"Somos los desposeídos de Esculapio, los sacerdotes de la miseria, los
indignados que no protestan. Los médicos cubanos somos los eternos
descontentos, pero a su vez los únicos que trabajamos dignamente por
amor a nuestra profesión".

Ya que lo menciona, damos por descontado que el doctor Valdés conoce la
leyenda de Esculapio o Asclepio, dios de la medicina en la mitología
griega. Entonces no debiera olvidar que a Esculapio, por cometer el
pecado de dar vida a los muertos, Zeus, comandante en jefe del Olimpo,
lo electrocutó con un rayo.

Para aquellos que quieran ganar tiempo, evitándose la lectura íntegra de
las tres cartas, tal vez resulte suficiente con un vistazo a este último
fragmento, firmado precisamente por Eider Valdés:

"Ganas una medalla olímpica y el estado cubano te proveerá de gloria
eterna, casa y carro; haz que una tumbadora resuene en el lugar más
recóndito del planeta y tendrás derecho a una vida placentera y sin
estrés garantizada por el Ministerio de Cultura; lánzate al vacío
cantando las canciones más obscenas e indignantes, ocultas bajo un ritmo
que empaña las raíces más plausibles del reggae y serás recibido al
final del abismo por un bastidor de dólares que te alzará hasta el
Olimpo con derecho a una vida opulenta y sustanciosa. Salva una vida,
trabaja como mulo atendiendo a miles de necesitados, haz el trabajo de
otro médico que está representando y aumentando el prestigio de la
medicina cubana en otros lugares y tendrás… nada, te obsequiaremos… nada".

http://www.cubanet.org/articulos/los-desposeidos-de-esculapio/

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