Saturday, February 11, 2012

Es legítima la presidencia de Raúl Castro?

Opinión

¿Es legítima la presidencia de Raúl Castro?
Roberto Álvarez Quiñones
Los Ángeles 11-02-2012 - 8:54 am.

Solo el 7,1 % de la población cubana tiene derecho a elegir a quienes
luego eligen presidente.

El general Raúl Castro es el presidente de Cuba y como tal es tratado,
tanto en la Isla como en el mundo entero. Así de singular es la política
y la diplomacia. Ni la ONU, ni ninguna organización internacional, o
gobierno alguno en el planeta, han tenido la curiosidad de preguntarse
quién lo eligió.

Incluso, ahora la cancillería de Colombia conversa con los gobiernos
latinoamericanos y Washington para ver de qué forma Cuba puede asistir a
la Cumbre de las Américas —a celebrarse en abril próximo en Cartagena—,
pues los países del "área chavista de influencia", a propuesta del
presidente ecuatoriano Rafael Correa,amenazan con boicotear dicho
encuentro continental de la OEA si el gobierno castrista no es invitado.

Pero, ¿es legítima la presidencia de Raúl Castro? Antes de responder
esta pregunta hay que recordar que tal y como explicó Jean-Jacques
Rousseau en 1762, en El Contrato Social, la soberanía de un país radica
en el pueblo, que elige y legitima mediante el sufragio universal a los
gobernantes que estarán a su servicio. Es lo que el pensador
franco-suizo llamaba "soberanía popular" o "autoridad soberana".

Obviamente, en Cuba esa soberanía popular no existe, ya que la máxima
expresión del poder político no surge de la voluntad de las mayorías,
sino que según la Constitución socialista es el Partido Comunista (PCC),
cuya dirigencia es elegida por la membresía del PCC y no por el pueblo.
Muchos no quieren entender que Raúl Castro es el "número uno" de Cuba,
no por ser presidente del Consejo de Estado y de Ministros, sino porque
es el Primer Secretario del Comité Central del Partido.

El PCC cuenta con unos 800.000 miembros y la población de la Isla rebasa
los 11,2 millones de habitantes. O sea, la membresía comunista equivale
al 7,1% de la población total. Es esa proporción ciudadana la que tiene
derecho a elegir los delegados que en un congreso del PCC eligen al
Comité Central. Éste a su vez elige al Buró Político, y finalmente ese
exclusivo grupo de ciudadanos (menos de 20) es el que elige al Primer
Secretario del Partido, el "jefe de jefes" del país.

Tampoco formalmente el Presidente de Cuba es elegido en votación popular
directa —como ocurre en todas las naciones latinoamericanas— ni en forma
indirecta, como ocurre en los sistemas parlamentarios y no
presidenciales, donde el partido ganador en la votación popular designa
a un primer ministro que asume como jefe de gobierno.

Alguien podría argumentar que en Cuba todos los ciudadanos adultos
tienen derecho al voto, pues votan por delegados locales al Poder
Popular y diputados a la Asamblea Nacional. Pero ello es manipular la
realidad, porque realmente no hay opción posible para los votantes de
elegir a alguien que no sea castrista, desde que hay un único partido
político, que además aprueba o rechaza cada candidatura y, de hecho,
elige de antemano al diputado al aprobarlo antes de la votación formal.

Súmese a eso que el llamado parlamento cubano no decide nada que no
parta de los Castro o la cúpula del PCC, por lo que en realidad el
Consejo de Estado y el jefe de Estado y de gobierno son "elegidos"
realmente por el dictador y el Buró Político del PCC, y no por los
diputados.

De manera que en la república cubana el presidente podrá ser
constitucional, pero legítimo no es, pues no emana de la "autoridad
soberana" de que hablaba Rousseau. Resulta triste que en una nación que
forjó su independencia al precio de miles de muertos en dos cruentas
guerras contra España, hoy el pueblo no pueda ejercer su condición de
soberano de la nación.

Está muy claro que al no pertenecer al PCC —al que nadie se puede
inscribir voluntariamente, sino que es seleccionado por sus "méritos
revolucionarios"—, la población no militante tiene sus derechos
ciudadanos restringidos, pues no puede elegir a quienes según la
Constitución son los principales jerarcas del país y deciden quién debe
asumir el cargo de presidente del país, subordinado siempre al Partido
Comunista.

Caudillismo vs democracia

En Latinoamérica, el caudillismo y las dictaduras militares han sido en
buena medida responsables de su atraso social, económico y político
durante mucho tiempo. La última etapa dictatorial tuvo lugar entre los
años 60 y 80 del siglo XX, como respuesta de la derecha política a la
revolución cubana y la voluntad de los Castro de exportar el modelo
comunista de gobierno a toda la región (excepto México), apoyados en los
subsidios que recibían del Kremlin.

Sin embargo, hoy, con excepción de Cuba, donde persiste el caudillismo
en su forma más lamentable, hay democracia en toda Latinoamérica, aunque
restringida y en peligro de extinción en Venezuela, y también en
Nicaragua , Bolivia y Ecuador. Mediante el voto popular han llegado al
poder las fuerzas de izquierda, incluyendo figuras que fueron
guerrilleros guevaristas y castristas en sus respectivos países.

En la isla tropical, en cambio, las últimas elecciones democráticas
tuvieron lugar en 1948. Son contados los cubanos que se pueden acordar
de aquellos comicios libres. Cuando en abril de 2011 Raúl Castro sucedió
a Fidel como dictador quedó instaurada la primera dinastía del siglo XXI
en las Américas, pensada ya por Fidel desde febrero de 1959, cuando
nombró a su hermano Raúl como jefe de la Comandancia General de las FAR
(segundo jefe militar y número dos del país), pasándole por encima al
comandante Camilo Cienfuegos, el héroe más destacado en la guerra, quien
además ocupó el emporio militar de Columbia en La Habana (corazón del
batistato) y consolidó la victoria militar del Ejército Rebelde, del
cual era jefe de su Estado Mayor. A Camilo, en verdad, le correspondía
asumir tal responsabilidad.

Evidentemente, Castro quería afianzarse en el poder en forma segura y
cómoda teniendo como su mano derecha, guardián, y eventual sustituto, a
su propio hermano, sumiso siempre a su voluntad, pues lo "mangoneaba" a
su antojo desde que eran niños. Al nombrar a Raúl como número dos, Fidel
Castro también estaba ignorando al Che Guevara, con más méritos en la
guerra y mucho mejor preparado intelectualmente, y tan comunista como su
hermano.

Fidel siguió pasándole por encima al Che, y a los demás comandantes y
figuras revolucionarias importantes con más méritos que Raúl. Al crearse
las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) en 1962, luego al
surgir el Partido Unido de la Revolución Socialista (PURSC) en 1963, y
finalmente en 1965, al fundarse el Partido Comunista, Fidel impuso a su
hermano como sucesor vitalicio en el partido, el Estado y el gobierno.

Y es este sucesor y dictador militar el que el gobierno colombiano desea
(para no incomodar a Caracas) que asista a la cumbre de las naciones
democráticas de las Américas.

No comments:

Post a Comment