Friday, February 10, 2012

En la campiña cubana

En la campiña cubana
Viernes, Febrero 10, 2012 | Por Juan Carlos Linares Balmaseda

LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -Poey es un barrio
empobrecido. Está ubicado en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, y
entre sus jóvenes y adultos campea la marginación.

Por esa zona nació el Partido Neocatólico, organización con más de una
década de experiencia en la oposición al régimen. Su programa político
religioso se fundamenta en la creencia en un ser supremo, y en defensa
de la prosperidad familiar para los cubanos.

Con este propósito, Gerardo Lazcano y Augusto Guerra, presidente y
vicepresidente de la organización, desarrollaron un evento público, el
pasado 3 de enero. Lo denominaron "La Campiña". Su propósito: promover
el diálogo abierto de los ciudadanos, en un ejercicio de libre expresión
por parte de la sociedad civil, algo nunca promovido por el Estado en
ese sitio.

Allí se estableció un interesante encuentro con los malparados miembros
de una especie de Corte de los Milagros, muchos de ellos negros y
mestizos, y ubicados dentro de la denominada Tercera Edad. El interés
mayor del encuentro fue conocer sobre las opiniones y preocupaciones de
los residentes acerca de las innumerables dificultades que los agobian.

En ocasiones resulta asombrosa la inteligencia y la agilidad mental de
esas personas que malviven en La Habana profunda.

Uno de ellos es Arturo, negro y marginal, de 74 años, que pernocta en
una pocilga de madera, con letrina sin techo. En su "casa" caben, a
duras penas, la cama y un fogón.

A él le recordé que ha entrado en vigor un reglamento para otorgarles
subsidios a algunos ciudadanos, con el fin de que puedan financiar la
compra de materiales y pagar mano de obra para reparar o rehabilitar sus
viviendas con el esfuerzo propio. Además, le pregunté si ha valorado la
posibilidad de solicitar un crédito.

La respuesta de Arturo fue tajante: "Yo no creo en eso. En primera, no
tengo ningún tipo de pensión económica. Y en segunda, llevo 40 años
metido ahí (señalando hacia el bajareque casi invivible), pero no tengo
papeles de la propiedad.

Otro tema candente que salió a relucir, y no por casualidad, fue el de
las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Muchos de estos alucinantes
marginales tienen parientes residiendo en el Norte. Uno de ellos declaró
que "ya es hora de que los gobiernos se arreglen, y si los gobiernos no
saben o no quieren arreglarse, deben dejar que los familiares de las dos
orillas nos arreglemos entre nosotros mismos".

Otro marginado, activista neocatólico, trajo a colación la capacidad
productiva, o mejor dicho, improductiva del país. Añadió que "si los
gobernantes cubanos no son capaces ni de cultivar los frijoles con
eficiencia para el pueblo, entonces no sé para qué existen tantas
unidades militares de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior,
con cientos de miles de reclutas".

En un lenguaje orillero y hasta propio de un ex-presidiario, pero muy
franco, dijo además: "Allí, en el 'tanque' (la prisión) hay quien se ha
pasado buena parte de la vida preso por cosas que sólo en Cuba eran y
son consideradas delitos sociales. Yo mismo era hippie, y por eso caí
preso. Luego, allí adentro me fui complicando durante años. Y aún estoy
cumpliendo, en libertad condicional".

Finalmente, cerró con broche de oro: "Yo conozco a la oposición de aquí,
y sé que es honrada. Por eso, si le mandan ayuda del exilio, bienvenida
sea. Pero yo digo que los opositores de verdad deben, ahora más que
nunca, buscar el dinero aquí, en nuestra tierra, es aquí donde hay que
buscar el baro, en la campiña cubana".

http://www.cubanet.org/articulos/en-la-campina-cubana/

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