Friday, February 10, 2012

El camión y la esperanza del pobre

El camión y la esperanza del pobre
Jueves, 09 de Febrero de 2012 12:18
Amarilis C. Rey

Managua, La Habana, 9 de febrero de 2011, (PD) Tener que usar un camión
como medio de transporte es arriesgado y muy molesto. Aunque esté
"acondicionado" para trasladar personas, y el viaje no sea muy largo.

Los asientos, de latón y madera, están dispuestos a lo largo del
vehículo, y cuando aparece un bache en la vía – lo cual es frecuente –,
el cuerpo del que va sentado se estremece y la ropa muchas veces se
rasga con las astillas que desprende la madera.

Sujetarse fuerte de cualquier cosa que se tenga a mano es la norma,
aunque no siempre efectiva.

Pero si incómodo resulta ir de pie, también es incómodo ir sentado, ya
que quien logre obtener un espacio en el asiento deberá realizar un
movimiento constante de repliegue, porque el cuerpo se resbala con el
movimiento y se corre el riesgo de caer a los pies de otros pasajeros.

Si es un camión grande y los tubos para sujetarse están situados en la
parte alta, los de mayor estatura viajaran un poco más relajados. Pero
los más bajos, esos se las ven negras tratando de estirar el brazo lo
más posible, a la vez que son maltratados por los giros bruscos y los
baches.

Todas estas situaciones se agravan porque en la mayoría de los casos
estos vehículos viajan al máximo de su capacidad. Y como si fuera poco,
no es nada extraño que los pasajeros se hagan acompañar de algún saco de
cocos secos, una bolsa de boniatos, un maletín lleno de ajos para su
futura comercialización o una torta de cumpleaños, que aunque parezca
increíble, la mayoría de las veces llega intacta.

Este tipo de transporte, surgido gracias a la iniciativa de propietarios
de camiones a quienes el gobierno ha otorgado la licencia de trabajo (la
mayor cantidad de esos permisos en el país ha sido entregada a
transportistas), circula mayoritariamente en áreas rurales – pueblos
distantes de la capital como Batabanó, San Antonio de las Vegas, Melena
del Sur y Quivicán –, un punto más que le da a estas localidades,
antiguamente prósperas, un aspecto de atraso y miseria.

Aunque los camiones no pasan con reiterada frecuencia, sí son la
esperanza de los pobres en estos lugares. Algunos afirman haber esperado
días enteros por un ómnibus u otro transporte que nunca llegó.

"Cuando llevas tres o cuatro horas esperando, y de pronto llega un
camión, a uno le parece que es una guagua de lujo, con aire
acondicionado y todo", dijo Pedro, de 55 años, residente de Melena del Sur.

El "bloqueo" de Estados Unidos, según vecinos de estas localidades, ha
sido el principal argumento esgrimido en las Asambleas de Rendición de
Cuentas del Poder Popular. El otro ha sido la carencia de piezas de
repuesto, que también es por culpa del "bloqueo", para reparar los
descontinuados ómnibus. En conclusión, que según la óptica
gubernamental, en esas localidades no hay transporte público por culpa
de Estados Unidos.

Pero esos mismos vecinos afirman que cuando hay un acto para apoyar al
gobierno, entonces los ómnibus aparecen y en grandes cantidades.

"Vienen tantos que se van casi vacíos", afirmaron.

La aventura de esperar y abordar un camión pudiera tener visos cómicos,
si no fuera por la tragedia que viven quienes en Cuba dependen de este
tipo de transporte.

amarilisrey@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/3359-el-camion-y-la-esperanza-del-pobre.html

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