Monday, February 20, 2012

Comer es un problema

Comer es un problema
Lunes, 20 de Febrero de 2012 06:12
Martha Beatriz Roque

La Víbora, La Habana (PD) El cubano promedio tiene un grave problema
para sentarse en la mesa a comer, al menos una vez al día, ya que el
dinero no alcanza para poder enfrentar esta situación durante un mes
completo. Pero desde el pasado año 2011, también se ha complicado más la
situación, los precios de los alimentos crecieron en aproximadamente el
20 %, entre otros motivos porque el régimen –a pesar de sus muy
fanfarroneados cambios en la agricultura- no consiguió incrementar la
producción. comer_cuba

Desde el punto de vista económico esto implica que el pueblo cubano se
enfrenta a un proceso de inflación, que al igual que las enfermedades,
muestra diferentes niveles de gravedad; en este caso, con un
estancamiento de la producción, lo que se conoce por "estanflación".

Se ha anunciado oficialmente que el pasado año disminuyeron los
volúmenes comercializados de productos agropecuarios, con un
decrecimiento –en cifras relativas- del 0,8% en las ventas totales, lo
que implica 18 mil toneladas menos de productos agrícolas que en el año
2010, para ambos mercados, el estatal y el de oferta y demanda,
conocidos por sus siglas MAE y MAOD. Pero, en particular el Estado, dejó
de vender 64,2 mil toneladas, lo que implica que el otro mercado se hizo
cargo de asumir esta diferencia de realización, con la diferencia de
precios que se conoce, ya que se supone que la mayor parte de las ventas
– el 74,9%- está concentrada en la distribución de los productores
oficiales.

La historia señala que las perturbaciones en la oferta producen una
subida de los precios, seguidas de una reducción de la producción y de
un aumento del desempleo, a pesar de que en Cuba exista –prácticamente-
un solo empleador, el Estado todopoderoso, pues el cuentapropismo no
representa una solución para los problemas de la creación de fuentes de
trabajo, debido a que sus posibilidades son muy limitadas.

¿Cómo se puede hacer frente a la combinación de una reducción de la
producción y una subida de los precios? Esto es algo que se ve reflejado
en el bolsillo de las personas, que no se llena con facilidad, pero que
se vacía muy rápidamente.

El régimen, en su retórica diaria, ha planteado la necesidad para este
año de incrementar la producción agropecuaria, por la necesidad de
recaudar más mediante su comercialización. Pero la realidad puede ser
otra: si no hay presencia de productos en el mercado, los precios
seguirán subiendo de forma disparada.

Un ejemplo de ello es la papa. Este tubérculo que es tan importante en
la cocina diaria, se perdió del mercado antes de la fecha de años atrás,
porque se decidió liberar su venta de la libreta de racionamiento. Las
reservas en frigoríficos se esfumaron. En estos momentos el mercado
subterráneo es el único que tiene este producto, a precios que no están
al alcance de los trabajadores. Una bolsa con 2 kilogramos de papa se
vende a 5 cuc (pesos cubanos convertibles), que en moneda nacional (cup)
son 125 pesos.

También puede relatarse que cuando la producción estatal de ají todavía
no había llegado a los mercados, una unidad –del tipo pimiento- llegó a
tener un precio de 8 pesos moneda nacional.

A través de los llamados "cambios" para mejorar el socialismo y
pretender reformar la estancada economía, la necesidad de aumentar la
producción agrícola ha sido una de las cuestiones más socorridas. Se ha
propuesto el arrendamiento de tierras estatales improductivas a
agricultores privados y se ha permitido alguna flexibilización en la
posibilidad de cultivar y vender sus productos. Sin embargo, no ha sido
suficiente, porque el apoyo que se busca en el incipiente sector privado
no es proporcional a las necesidades alimentarias que tiene el país, por
lo que esto ha tendido al fracaso.

Todo lo antes expuesto, permite asegurar que un estimado de 7 millones
de cubanos -que viven estrictamente de su salario- pasa hambre durante
los últimos 7 a 10 días de cada mes, en los que comer se convierte en un
problema. Y es que los alimentos que se pueden adquirir por la libreta
de racionamiento duran -tal vez- menos de 15 días para un núcleo
promedio; transcurrido este tiempo, la familia debe gastar hasta lo
último de sus ingresos en comprar alimentos en los mercados, pero con el
déficit de producción estatal, la mayor parte de éstos se adquieren en
los MAOD, a precios elevados, lo que les permitirá alimentarse otros
siete u ocho días.

Las perspectivas para el año en curso no son muy halagüeñas, porque
mientras que no se realicen cambios reales en el modo de producción, se
mantendrán los problemas y llegará un momento en que se hará
completamente imposible adquirir algunos alimentos, en particular la
carne de puerco, que es la proteína que se ingiere, casi como un lujo en
los hogares cubanos.

mbrcnuevocorreo@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/3425-comer-es-un-problema.html

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