Wednesday, November 9, 2011

Sin alegría ni esperanzas

Sin alegría ni esperanzas
Miércoles, Noviembre 9, 2011 | Por Lucas Garve

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – El pavimento de la
calzada reflejaba la luz de una farola encendida en la calle Infanta, a
las nueve de la noche. Aún la suave brisa no había secado por completo
el pavimento reflejo de aquella única farola encendida, en medio de dos
cuadras a oscuras, me advirtia de los charcos de agua acumulada entre
los surcos del asfalto.

Mientras trataba de evadir los charcos, vi las luces de un vehículo que
se acercaba y le hice señas para que se detuviera. El chofer, luego de
una maniobra rápida, paró el carro junto a mí. Le dije el barrio a donde
quería llegar, esperando una respuesta negativa, pero me abrió la
puerta. Monté en el asiento delantero. Detrás, viajaba un adolescente
silencioso.

El chofer me preguntó a dónde iba exactamente y me dijo que me llevaría
hasta el alejado suburbio habanero donde vivo, sin decirme si ese era su
destino. Le aseguré que le pagaría el viaje completo. Otra persona en la
calle le hizo señas con el brazo; se detuvo la pequeña guagüita y el
hombre subió. El nuevo pasajero dijo que iba hasta La Palma, al sur del
centro de la capital.

El chofer explicó que tenía que recoger a varias personas porque
necesitaba dinero. Cada pasajero paga diez pesos por el viaje, sin
importar la distancia. No faltaban los pasajeros porque a esa hora de la
noche son escasos los ómnibus que circulan por La Habana. Había llovido
bastante en las primeras horas de la noche y quienes regresábamos a
nuestros hogares después de un día de trabajo sólo queríamos llegar.

Contó el conductor que tiene cinco hijos, que el sueldo no le alcanza
para nada y es imposible mantenerlos con su sueldo de chofer en una
empresa estatal. "Por eso me dedico a esto, aunque está prohibido. Algo
tiene que cambiar pero para bien, porque no creo que esta situación
pueda mantenerse por mucho más tiempo", dijo.

El chofer tomó la calzada de 10 de octubre y en pocos minutos llegué al
final del viaje; antes de bajarme me agradeció los diez pesos que le pagué.

La conversación con el chofer me hizo recordar los sorprendentes
resultados de un informe de Freedom House, supuestamente basado en una
encuesta realizada en el país meses atrás, según el cual en Cuba la
población se mantiene alegre y esperanzada de que las supuestas reformas
emprendidas por el gobierno de Raúl Castro resuelvan la grave situación
económica nacional.

Una vecina que encontré en la panadería me confirmó que estaba de
acuerdo con el pronóstico que hace unos meses le había dado lo que nos
esperaría este próximo fin de año: "La cosa cada vez está peor, tenías
razón cuando me dijiste hace meses que empeoraría para todos".

Al día siguiente, en el noticiario matinal, el especialista en temas
económicos habló sobre la parálisis de los planes crediticios que la
banca cubana debía implementar para apoyar a los que han abierto
negocios privados, y están pagando impuestos muy elevados.

Siendo supuestamente el éxito de estos pequeños negocios uno de los
principales puntos de partida para el crecimiento económico que persigue
el Estado, resulta inexplicable las trabas y la ineficacia de la burocracia.

http://www.cubanet.org/articulos/sin-alegria-ni-esperanzas/

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