Sunday, November 6, 2011

Se permite jinetear

Publicado el domingo, 11.06.11

Se permite jinetear
Ileana Fuentes

"Admiro la forma que [las prostitutas holandesas] han encontrado para
trabajar de una forma digna y de darse a respetar".

Así se ha pronunciado Mariela Castro Espín, directora del Centro de
Educación Sexual (CENESEX) sobre las condiciones reglamentadas en que se
ejerce la prostitución en Amsterdam, con motivo de su visita a Holanda
para un congreso sobre sexualidad. Confesó en reciente entrevista en el
Centro de Información sobre Prostitución de esa ciudad que admira la
manera en que se ha dignificado y hecho valer el trabajo sexual en ese
país, con derechos para las trabajadoras del sexo, cuidados de salud y
asistencia contra la violencia. Afirmó que la prostitución "es un
trabajo". Dijo más: "La prostitución es una opción".

Muerta de la risa, como si pronunciara la gracia más ocurrente del
mundo, relató a la directora del centro holandés que ella conoce de
mujeres en Cuba que necesitan arreglar su baño, por ejemplo, y como
carecen de dinero para pagarle al albañil, ofrecen pagarle con trabajo
sexual. Algo así como: "Te lo doy si me arreglas el inodoro, ¿te parece
bien?" A buena cloaca hemos llegado con esta familia deleznable. ¡Qué
desprecio visceral sienten hacia el pueblo cubano, y hacia las cubanas
en particular!

¿Es esta nueva burguesa la sobrina de aquel joven Fidel Castro que dijo
en 1960 que la prostitución era un vestigio humillante del capitalismo,
un atropello perpetrado contra la mujer, y que la prostitución jamás
volvería a la Cuba revolucionaria?

En un discurso pronunciado en septiembre de 1977, Fidel Castro
denunciaba que la prostitución era permitida "en la sociedad burguesa…
tolerada, de manera muy hipócrita... Dentro de las zonas de tolerancia y
en muchas otras partes, la sociedad burguesa estimulaba la prostitución,
con la discriminación de la mujer, la falta de oportunidad de estudios,
y de empleos, y se hacía grandes negocios con la prostitución. Era uno
de los empleos que la burguesía reservaba a la mujer… el proceso
revolucionario se enfrentó a aquel problema y lo resolvió".

No: el problema no se resolvió. No: Mariela Castro ya no es la sobrina
del Tío Máximo: ha dejado de ser fidelista. Si bien en 1994 Fidel dijo
que las prostitutas cubanas eran las más educadas y saludables del
mundo, para él la prostitución era una lacra; para Mariela, es una
licra. Según sus pronunciamientos en Amsterdam, el empleo sexual ya ha
vuelto a la Isla, y debe institucionalizarse a imagen y semejanza del
modelo holandés. O sea, la prostitución se afincará en el firmamento
laboral de las cubanas, y Mariela y su CENESEX se encargarán de tramitar
su legalización, regulación y éxito. ¡Elena Gil, que diseñó los
programas de reeducación de prostitutas en los años sesenta, debe estar
retorciéndose en su tumba!

"Entiendo a los que dicen que habría que cerrar esta posibilidad de
trabajo y dar otras opciones", explicó Castro-Espín como queriendo
quedar bien con dios y con el diablo. "Pero erradicar la prostitución –y
eliminar este oficio y fuente de trabajo– crearía problemas aún mayores,
porque el Estado tendría que ofrecer a esas personas otros empleos".

Queda claro: ahora que el Estado cubano anunció que un millón de obreros
estatales irá despedido a la calle, 500,000 de ellos mujeres, "la
calle", para Mariela Castro, representa una posibilidad de empleo
femenino. Cuando en 1999 expresé en un congreso que las jineteras
cubanas eran cuentapropistas y además los únicos obreros dueños (dueñas)
de sus medios de producción, nunca pude imaginar que 12 años más tarde
se fuera a promover el jineterismo oficialmente como opción laboral.

Mariela Castro habló en la entrevista con gran naturalidad sobre el
Malecón de La Habana como sitio de prostitución. "Al Malecón van
heterosexuales, homosexuales, individuos transgénero… pero en el CENESEX
trabajamos con la policía"… para garantizar el orden.

Cabe aclarar que si bien se considera la prostitución la profesión más
antigua del mundo, en términos feministas –no los de Mariela Castro– la
prostitución –y su versión cubana, el jineterismo– es una relación
mercantil –la mujer se alquila (cobra), el hombre arrienda (paga)– que
se ejerce por necesidad económica. Ninguna niña aspira a ser prostituta
cuando sea grande, está claro. Se opta por serlo cuando otras puertas
están cerradas. En Cuba –así dicen las estadísticas y la literatura–,
las puertas de la educación y el trabajo se abrieron de par en par para
las mujeres durante los años sesenta y setenta. ¿Y entonces, cómo es que
Cuba le hace competencia al destino número uno de turismo sexual del
mundo, que es Tailandia, un país paupérrimo del Quinto Mundo?

El problema radica en que una médico o una ingeniero agrónomo cubana
gana el equivalente de 20 o 25 dólares mensuales a lo sumo luego de unas
140 horas de trabajo: una jinetera puede ganar eso en un par de felacios
–o un par de cuadros con alguna socia– resueltos en tres horas de
esfuerzo…. Y hasta 150 dólares por dejarse ocupar por algún baboso
extranjero con fulas o euros durante las 48 horas de un fin de semana.
El socialismo fracasó. La vida se resuelve siendo puta, no pediatra.

Que no nos coja de sorpresa. Por ahí vienen las nuevas licencias de
cuentapropismo para el trabajo sexual. Se borrará la prostitución del
inciso de peligrosidad predelictiva donde reza como "conducta
antisocial". Se habilitarán varias Zonas Rojas –no será ni Pajarito ni
Colón–, en Tarará, en Siboney, o cerca del Habana Libre. En Playa Larga,
cerca de la Ciénaga de Zapata; en Guardalavaca, al noreste en Holguín; o
Cayo Coco, en Camagüey; en las cercanías de la Marina Hemingway, en La
Habana. Que no nos coja de sorpresa: pronto el prostíbulo será legal.

Teórica feminista, autora y analista cultural.

http://www.elnuevoherald.com/2011/11/06/v-fullstory/1059299/ileana-fuentes-se-permite-jinetear.html

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