Friday, November 11, 2011

La odisea del ferrocarril

La odisea del ferrocarril
Viernes, Noviembre 11, 2011 | Por Leannes Imbert

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – A pesar de que Cuba fue
el tercer país del mundo, y el segundo en América, en tener ferrocarril,
hoy estamos en uno de los últimos puestos.

El ferrocarril en Cuba se ha convertido en una de las cosas más
desastrosas de este gobierno. Viajar en un tren cubano es una verdadera
Odisea. De hecho, creo que Ulises preferiría mil aventuras como las que
vivió, a pasar 20 ó 30 horas en un tren Habana- Guantánamo.

Viajar desde La Habana hasta Guantánamo, o viceversa, en tren, es algo
estresante, agotador y, peor aún, humillante. Además de las cucarachas,
el mal olor de los baños, el calor, el agua -si llueve- y la incomodidad
de los asientos, hay que lidiar con unos impertinentes policías que
pasan todo el viaje revisando a cada uno de los pasajeros en busca de
café, leche, queso, chocolate, frutas y viandas, que los orientales
tratan de transportar para vender en la capital y poder así subsistir.

Las locomotoras chinas que tienen que arrastrar cada día 10 y 12
vagones, llenos de personas, ya se niegan a andar. Durante todo el viaje
los maquinistas tienen que ir dándoles mantenimiento para que, al cabo
de un día y medio, los pasajeros lleguen a su destino.

"Si el gobierno –comentaba una señora que viajaba a mi lado en el tren
de regreso de Guantánamo- dejara de invertir tanto dinero en los
policías que manda por montones a La Habana y se dignara a arreglar o
comprar nuevos trenes, no tendríamos que viajar como si fuéramos ganado¨.

Madres desesperadas por el llanto de sus niños pequeños, embarazadas,
ancianos que muchas veces se infartan o sufren crisis de hipertensión en
el camino, por el viaje agotador. Miles de personas que no pueden
comprar un pasaje en avión, llenan a diario estos trenes que, a duras
penas, los llevan a las distintas provincias del país, sin que los
miembros de la élite que nos gobierna sientan el menor remordimiento
mientras viajan en los cómodos asientos de un avión.

¿Será que no se pueden destinar algunos de los fondos que van a parar a
las arcas del gobierno a la reparación de los trenes y las líneas? ¿Es
mucho pedir que el Estado garantice que sus ciudadanos puedan viajar en
tren con las condiciones mínimas que merece un ser humano? Con un baño
decente, la posibilidad de comprar algo que comer, y vagones donde
puedan estar a salvo de la lluvia y las cucarachas.

ileannes@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/la-odisea-del-ferrocarril/

No comments:

Post a Comment