Odelín Alfonso Torna
Arroyo Naranjo (PD) ¿Qué sería de los indignados frente a Wall Street,
si vivieran con menos de 30 dólares al mes en un país donde la salud y
educación gratuita es mera propaganda oficial? ¿A cuánto ascendería el
subsidio estatal destinado a estas personas improductivas que exigen
equidad del sistema financiero o reformas en sus impuestos?
Si quieren indignarse, echemos una mirada a la seguridad social en los
trabajadores del sector privado en Cuba, los llamados cuentapropistas.
En los artículos 50 y 52, del Decreto Ley No.278, del 30 de septiembre
de 2010, el gobierno define el tiempo y la obligatoriedad de afiliarse
al régimen general o especial de seguridad social.
Lo de menos es afiliarse. Le corresponde a este sector productivo
independiente, constituido en su mayoría por jóvenes, considerar lo
absurdo de tener que tributar 20 ó 30 años para garantizar su
jubilación. Mientras se contribuya a éste régimen "especial" de
seguridad social, ¿concederá el Estado los beneficios necesarios en
materia de salud y otros servicios sociales inherentes al ser humano?
¿Esperan los cuentapropistas un retiro decoroso?
En un estado de derecho, existe lo que se llama "Índice de Utilización
del Ingreso Neto" (IUIN). Esto no es más que el gasto social del Estado
por habitante a precios constantes de todos los servicios que necesita
la población, incluida la jubilación.
Dicho de esta manera, en 52 años de gobierno totalitario en Cuba, tanto
los trabajadores privados como los empleados estatales, han tributado y
tributan más de lo que reciben en servicios tan vitales como salud,
primeros auxilios, educación, alimentación, comunicación, seguro por
enfermedad, invalidez u otros.
Como trabajador del sector privado en Cuba, tengo el derecho de aspirar
a la pensión por edad ordinaria. Para tal "beneficio", estoy obligado a
tributar 30 años al régimen de seguridad social la cifra de 31 mil 440
pesos en 120 pagos trimestrales, aproximadamente 1 700 dólares. Si dios
quiere, para entonces tendré 71 años, 6 más de lo estipulado para el
retiro laboral en Cuba (65 años los hombres).
Pero no todos los cuentapropistas afiliados a éste régimen corren igual
suerte. Quienes trabajaron para el máximo empleador, el Estado, los años
de servicio serán acumulativos al tiempo de jubilación. En tanto,
quienes poseen licencia de trabajador por cuenta propia desde 1994,
pueden pagar con carácter retroactivo el impuesto por seguridad social.
Sean cuentapropistas o no, afiliados al régimen de seguridad social o
exonerados de éste por edad o invalidez, es el Estado cubano quien
define el monto de la jubilación y el tiempo mínimo de contribución.
¿Significa alguna garantía la pensión de 250 pesos mensuales, el
equivalente a 9 dólares, para un jubilado del Estado? ¿Esperan los
cuentapropistas una pensión más decorosa después de tributar 20 ó 30
años al régimen "especial"?
En Cuba los indignados son una rara especie que puertas adentro se
reproduce por día. Hay motivos para protestar, pero de ahí a que te
decidas a hacerlo, existe un buen trecho.
Respecto al trabajo por cuenta propia y la seguridad social, hay tela
por donde cortar.
Probablemente más de 300 mil cubanos estén afiliados al régimen de
seguridad social. A razón de 262 pesos trimestrales por depositario -la
tasa promedio establecida-, esto representa más de 79 millones de pesos
ingresados a las arcas del Estado, alrededor de 3 millones de dólares.
¿Podemos Indagar sobre el IUIN o cuantificar lo que el Estado cubano
debe emplear mensualmente por cada ciudadano, máxime cuando los
servicios de urgencias pueden tardar horas y el ingreso en hospitales
representa más gastos para el paciente que para la propia institución?
El gobierno dará siempre la misma justificación: "es por culpa del
criminal bloqueo norteamericano".
Apuesto que la mayoría de los cubanos ansiarían estar ante Wall Street y
no precisamente para "indignarse". En cambio, los que hoy protestan en
New York, un buena parte inmigrantes, no desearían ser pensionados en La
Habana.
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