Thursday, November 17, 2011

Acción para la justicia

Acción para la justicia
Jueves, 17 de Noviembre de 2011 09:47
Leonardo Calvo Cárdenas

accionBoyeros, La Habana, (PD) El debate y las inquietudes relacionados
con la cuestión racial y las relaciones interraciales en Cuba se
calientan y complejizan.

La crisis del modelo sociopolítico hace cada vez más evidente el mal
tratamiento dado al tema por el alto liderazgo revolucionario y de la
manera en que se han acentuado las desventajas y retrasos que padece la
población afrodescendiente, a pesar del demagógico discurso oficial
emancipatorio e igualitarista.

Varios elementos coadyuvan a la actualización y vigencia del tema, como
es la intensa polarización social: no todos los pobres son negros, pero
casi todos los negros son pobres en un país donde los canales de acceso
al bienestar ―pertenencia a las estructuras de poder, acceso a las
remesas, empleos bien remunerados― están prácticamente cerrados para
este amplio sector poblacional.

Por otra parte se desarrolla en el planeta una ola de movimientos y
campañas enfiladas al rescate y revalorización de la herencia y aporte
de los africanos y sus descendientes, así como la búsqueda de la
justicia histórica y social para ellos. Este movimiento tiene especial
pujanza en nuestro hemisferio y se impulsa sobre la base de la
autoemancipación y los derechos cívicos.

Estas circunstancias han contribuido a hacer más intensas las
inquietudes sobre el tema en la Isla, que alcanzan no solo a
intelectuales comprometidos, sino también a amplios sectores del pueblo
llano, preocupados por cual va a ser el destino de los afrodescendientes
cubanos en el marco de las transformaciones socioeconómicas a que se ve
abocado nuestro país.

En este marco se comienza a promover cada vez con más frecuencia e
intensidad la "acción afirmativa" como una opción para combatir las
desventajas acumuladas y contribuir al mejoramiento de la inserción
socioeconómica de los afrodescendientes cubanos. Tal alternativa se
promueve a tenor de los éxitos logrados por este mecanismo, que a través
fundamentalmente de otorgar cuotas en espacios educacionales o
laborales, ha impulsado el desarrollo de minorías o sectores excluidos
en lugares tan disímiles como La India o los Estados Unidos.

En mi criterio, la idea y el mecanismo en sí mismo no carecen de
validez, sin embargo creo que el caso de Cuba reviste algunas
particularidades nada despreciables.

Considero que el primer paso para enfrentar un problema es reconocer que
existe, no puede haber varios discursos oficiales sobre un tema tan
delicado y trascendental. Los máximos líderes han llegado a reconocer la
vigencia del racismo como una vergüenza para nuestra nación, los pocos
dirigentes negros llegados a la cúpula del poder no dicen una palabra
del asunto, los oficiales de la policía política aseguran e incluso
intentan explicar cómo en Cuba no hay racismo, el viceministro de
Relaciones Exteriores pretendió burlarse de los expertos de la ONU
contándoles que el racismo en Cuba se reducía a las relaciones de
pareja, algunos voceros oficialistas niegan o matizan la existencia de
racismo en Cuba con argumentos tan baladíes como las incursiones
"internacionalistas en África", los becarios africanos en la Isla, las
relaciones amorosas interraciales o el éxito del Conjunto Folklórico
Nacional.

Cualquier diseño encaminado a enfrentar el problema debe ser antecedido
por la aceptación de la profundidad, alcance y sobre todo de las causas
históricas y socioculturales del fenómeno y su vigencia.

Por otra parte los negros en Cuba no somos una minoría arrinconada
territorial y culturalmente. Los afrodescendientes cubanos somos un
importante segmento de la población, participante y protagonista de los
más significativos procesos económicos, políticos y sociales de nuestra
historia, fundamento esencial de la cultura nacional, siempre excluidos
gracias a una tradicional atrofia estructural y cultural todavía no
superada.

Si no se rectifican esas atrofias de mentalidad y percepción será muy
difícil impulsar desde el poder este o cualquier mecanismo de combate a
la injusticia o la desventaja.

La acción afirmativa sobre todo genera posibilidades en el terreno
educacional, pero en el caso de Cuba, muchos afrodescendientes han
alcanzado preparación académica y profesional sin lograr el acceso a los
espacios que merecen; poner en práctica la medida sin rectificar las
atrofias estructurales que cierran el paso a los negros capacitados solo
incorporaría mas afrodescendientes al ejército de los excluidos.

Sin establecer mecanismos efectivos que impidan utilizar cualquier cuota
de poder e influencia para limitar el desenvolvimiento de los
afrodescendientes, todo diseño desde el poder en este sentido puede
estar condenado al fracaso e incluso ser contraproducente por el peligro
de redundar en atrofias de aplicación o percepción.

Sin desechar la aplicación consecuente de cualquier mecanismo que
impulse la tan añorada igualdad considero que Cuba necesita sobre todo
de una profunda e intensa acción educativa, que abarque los espacios
docentes, académicos y mediáticos, encaminada a cambiar la distorsionada
visión que tenemos de nosotros mismos.

Solo cuando logremos, a través de la instrucción y la cultura, afirmar
en los negros los necesarios patrones de autoestima, orgullo e
identidad, y en toda la sociedad el reconocimiento de los aportes de los
afrodescendientes a las construcciones socioculturales de la nación,
podremos comenzar a desterrar esas desigualdades que han trascendido los
tiempos y las estructuraciones y discursos político-ideológicos.

Cuba necesita, además, un profundo proceso de reordenamiento cívico y
económico, para que los afrodescendientes puedan insertarse como sujetos
protagonistas desde sus propios fundamentos culturales e intereses,
libres del tutelaje y el paternalismo de siempre, en los espacios
sociales y en los procesos de redimensionamiento económico que ya marcan
el derrotero presente y futuro de Cuba.

Cuando logremos suprimir en considerable medida los lastres y carencias
estructurales y culturales que reafirman las desventajas históricas que
sufren los negros cubanos, la vida dirá si es necesario aplicar en Cuba
la acción afirmativa como la hemos conocido en otras latitudes.

elical2004@yahoo.es
*historiador y politólogo

http://primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/2690-accion-para-la-justicia

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