Thursday, October 6, 2011

EL DÍA DE LA RESISTENCIA, EN RESISTENCIA

EL DÍA DE LA RESISTENCIA, EN RESISTENCIA
06-10-2011.
Eriberto Liranza Romero
Buró de información del MCJD.

(www.miscelaneasdecuba.net).- Eran las 6.00pm aproximadamente, habíamos
reunido ya una buena parte de activistas y líderes de grupos que
deberíamos estar en esa tarde del 24 de septiembre. Días antes, el
ejecutivo del Frente había convocado a un toque de cazuela nacional, se
estaba dedicando esa fecha como el Día de la Resistencia.

Teníamos la bandera del Frente, más hermosa que nunca, el puño levantado
bien alto, teníamos deseos de tomar las calles para hacerle saber al
pueblo que estábamos allí para defender sus derechos, también queríamos
demostrar a la tiranía que sin la presencia de sus asesinos, nada pasaría.

Estábamos todos en lo cierto. Al salir a las calles y gritar nuestras
consignas, el pueblo salió, hubo incluso quien respondió consintiendo a
nuestras voces de -¡Abajo la dictadura!, gritábamos nosotros -¡Abajo!,
se escuchaba entre la multitud. Para asombro de los que allí estaban,
marchamos para arriba y para abajo, lo habíamos logrado, El Frente
marchó triunfante.

Más de una hora les tomó a los esbirros de la tiranía, reclutar a la
chusma que siempre nos agreden, la mayor parte de la dotación no trabaja
los sábados y sólo pudieron conseguir una banda de viejos, que a duras
penas podían sostener la enseña nacional.

Detrás de la quijotesca vanguardia, avanzaba solapadamente la Sección
21, la policía política de la Seguridad del Estado. Valientemente le
esperamos, algunos de brazos cruzados, los más eufóricos respondían lo
contrario a las consignas de la desgastada tropa.

Frenó en seco la avanzada, nunca imaginaron que nos quedaríamos parados
frente a ellos. Una orden militar los hizo rodearnos y como viles
cobardes, comenzaron a golpearnos de forma traicionera. Pude ver como se
llevaban a Antúnez a empujones para introducirlo en un carro de la
policía política, Ramsés corrió con la misma suerte, luego llegó mi turno.

Continúe cantando más fuerte que nunca el Himno Nacional, aún no había
terminado cuando un piñazo en el rostro me hizo interrumpir la nota, -Te
perdono-, le dije al agresor que vestía un pullover azul, otro golpe me
obligó a repetirle la misma frase, esta vez acompañada de otra, -Te
perdono, cuando Cuba sea libre vivirás sin miedo porque yo nunca te
haría esto por pensar diferente-.

Tres hombres traían a Sara Marta después de haberla golpeado, uno de
ellos continuaba golpeándola hasta llegar al auto que la secuestró. A
Julio, el esposo de Sara, lo arrastraron también hasta el jeep en el que
ya me tenían prisionero.

No cabía uno más dentro de ese automóvil, allí nos encontrábamos
Hermógenes Guerrero, todo hinchado por los golpes, descalzo y con la
ropa rota, también estaba Ramsés y yo, a Julio nos lo tiraron encima, de
su boca fluía la sangre producto de los golpes.

El policía uniformado salió a toda velocidad de aquel lugar, nos
llevaron para la estación de la PNR en Santiago de las Vegas, detrás
quedaban victimas del vandalismo y los otros activistas de derechos
humanos que permanecieron en la casa de la resistencia, la casa de Sara
Martha.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33848

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